CON DIOS ESTAMOS SEGUROS

Con Dios estamos seguros

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes (1 Corintios 16: 13).

EL APÓSTOL PABLO ESCRIBIÓ UN PASAJE que algunos no han entendido, y en consecuencia, los ha llevado a vivir en un estado de inseguridad espiritual. Dice así: «Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer» (1 Cor. 10:12). Algunos han deducido de este pasaje que nuestra vida espiritual es tan insegura que podemos caer en cualquier momento, y por lo tanto, debemos vivir en constante estado de alerta Aunque la vigilancia espiritual tiene su validez en la vida cristiana, no debemos caer en esos extremos. El apóstol hablaba de los murmuradores del tiempo del éxodo, que por no tener fe en Dios quedaron tendidos en el desierto. Confiaron en ellos mismos, y Satanás los engañó. Pablo decía que, a fin de estar seguros, no debemos poner la confianza en la fuerza humana, sino en Dios, quien nos puede ayudar a estar firmes. Debiéramos leer el siguiente versículo donde el apóstol dice: «Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir» (vers. 13). Con Dios hay seguridad.
Cuando ponemos la confianza en el brazo humano somos débiles, y podemos caer. Como hemos dicho anteriormente, la naturaleza humana es débil y frágil; estamos demasiado afectados por el mal y las inclinaciones pecaminosas. Nunca es seguro tener confianza propia en lo que se refiere a la lucha contra el mal. Por eso decía el apóstol: «Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Cor. 12: 10). La confianza y fe en Dios nos da fortaleza. Por eso Pablo añadía: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Fil. 4: 13).
Meditemos en estas palabras: «En nuestra propia fortaleza somos completamente débiles, pero cuando ponemos toda nuestra confianza en Jesús somos guardados por su poder, porque es plenamente capaz de guardar a toda alma en él» (Alza tus ojos, p. 17).

Que Dios te bendiga, oramos por ti!

Abril, 13 2010

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