¿Cuál es el verdadero propósito del afán en la vida del creyente?

Una característica propia de este tiempo es el afán de obtener las cosas rápidamente, manejamos hacia el trabajo con afán, el tiempo no alcanza y vivimos afanados porque deseamos que el día tenga 26 horas, no alcanza el dinero y nos afanamos por pagar las deudas. Y entiendo que en algún punto nos afanemos, pues si somos responsables no deseamos quedar mal con nadie, pues la Biblia nos enseña no debáis a nadie nada (Romanos 13:8 RVR1960), sin embargo el afán no es de Dios y tampoco es Su propósito que vivamos de esa manera. El mismo Señor Jesús nos enseña una gran lección: no os afanéis (Mateo 6:25 RVR1960). Lo que quiero decirte es que en medio del afán no podrás resolver tus problemas.

Si en este momento te encuentras afanado, entonces esta Palabra es para ti. Mira lo que la Biblia nos enseña acerca del afán: “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracia” (Filipenses $:6 RVR1960). Veamos, pues qué principios básicos vamos aprender en este día. Número uno, no debemos afanarnos. De todas las entradas que tiene el DRAE respecto a la palabra afán, esta fue la que más me gustó:apuro, aprieto o necesidad extrema. Quiere decir que aquella persona que vive en afán tiene peticiones, tiene necesidad de algo. Por ello, la Palabra nos enseña que para nada estemos afanoso, sino que nos da juntamente con el consejo la salida al problema, sino que debemos más bien orar y dar a conocer nuestras necesidades a Dios. Y este es justamente nuestro segundo aspecto.

Número dos, debemos presentar nuestras peticiones delante de Dios. Llevar nuestras peticiones delante de Dios es decirle algo como, Padre, estas son mis necesidades, esta es mi carga, hazte cargo de ellas. No obstante, quiero que tengas algo presente, el afán llega a tu vida con un propósito bien diabólico, míralo aquí: “el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 13:22 RVR1960). El objetivo del afán en tu vida es volver la semilla de la Palabra en tu vida infructuosa, es decir y, en otras palabras, es hacer que esa semilla no crezca ni dé frutos. Por lo tanto, te decía al inicio que el afán no es de Dios. Así que si estás afanado ve delante de la presencia de Dios y dile todas tus peticiones.

Espero que este mensaje haya traído esperanza y una voz de aliento a tu vida en medio de esta situación difícil. Dios te bendiga sobreabundantemente hoy y siempre. No olvides ser de bendición para otros, te reto a que compartes este mensaje con otras personas.

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla

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