MENTIR PARA MATAR

Mentir para matar

No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido

a anularlos sino a darles cumplimiento (Mateo 5: 17).

EL PERJURIO MÁS FAMOSO DE LA HISTORIA ES, evidentemente, el cometido en contra de Jesús bajo la supervisión de Anás, ex sumo sacerdote y suegro de Caifás, que era sumo sacerdote en ejercicio y presidente del concilio nacional llamado Sanedrín. Los testigos, que fueron sobornados para dar testimonios falsos contra él, no se ponían de acuerdo en sus declaraciones: «Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían. Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él: “Nosotros le oímos decir: ‘Destruiré este templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres’”. Pero ni aun así concordaban sus declaraciones» (Mar. 14: 55-59).

Estas eran obviamente tergiversaciones de las declaraciones de Jesús. Él había dicho: «Destruyan este templo, y lo levantaré de nuevo en tres días» (Juan 2: 19). Había dos tergiversaciones: La primera consistía en que Jesús había usado el término templo en sentido metafórico, y ellos lo cambiaron al sentido literal; la segunda, en la declaración de Jesús, él no era el sujeto de la destrucción, sino el objeto de ella.

Otro famoso perjurio lo encontramos durante el juicio realizado contra Esteban, también delante del Sanedrín. «Se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo. Presentaron testigos falsos, que declararon: “Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dejó Moisés”» (Hech. 6: 13, 14). También estas acusaciones eran tergiversaciones e interpretaciones equivocadas de lo que Esteban había enseñado. Lo que Jesús había dicho, que sin duda Esteban mencionó, era que el templo sería destruido. Jesús nunca dijo que él destruiría el templo. Tampoco enseñó que cambiaría las leyes de Moisés. Él sí dijo que «ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido». De nuevo cometieron perjurio, y violaron la ley.

Que Dios te bendiga,

Pedidos de oración al cielo77014@hotmail.com

Comparte:


Ultimos comentarios
  1. Eduardo

Dejar comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *