Mi modelo es Jesús, Parte 2

Hoy continuamos con la segunda entrega de esta serie de cuatro devocionales en los que aprenderemos a emular el carácter de Cristo. Para hoy miércoles tenemos dos características más. Estas dos características están profundamente ligadas y tienen que ver con la oración y la confianza depositada en el Padre celestial. ¿Sabías que para los seres humanos existen ciertas actividades en las que ponemos toda nuestra disciplina? Y nos dedicamos a ellas con toda la pasión del mundo, y esta disciplina nos ayuda a ser constantes, nos ayuda a alcanzar metas propuestas. Los mejores casos que existen son los de los deportistas, ya que tienen horas y horas de entrenamiento para ser cada día mejores y es que decimos en el mundo un dicho que dice “la práctica hace al maestro”, ¿cierto? Bueno, ¿qué pasaría si usáramos esa misma dedicación para las cosas de Dios, en especial la oración? Si usáramos toda esa disciplina podríamos llegar a cultivar una comunión tremendamente fuerte con el Padre, wow imagino todas las cosas que esa persona podría conseguir allí en lo secreto.

Veamos la tercera y cuarta características de esta serie:

3. UNA VIDA CONSAGRADA DE ORACIÓN: “levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1: 35 RVR1960). Un legado clave en la vida del Señor Jesús fue la oración, en el nuevo testamento hay varios casos que registran esta actividad (Lucas 22: 45; Hechos 1:14, Hechos 6: 4; Romanos 12: 12, entre muchos otros más). Usted se preguntará ahora ¿por qué? La respuesta es sencilla, Dios nos está exhortando a entrar en comunión con Él más a menudo. Si trasladáramos el caso de los deportistas a la oración sería fantástico, imaginemos por un momento una vida de oración constante y con disciplina en la que dediquemos horas al día a intimar con Dios, sería maravilloso. ¿Por qué la oración es tan importante? Porque Dios desea que establecer una relación más cerca contigo y conmigo. No olvides que, un síntoma de la muerte espiritual es dejar de orar. Uno del avivamiento de un creyente la oración. En la oración se ganan todas las batallas, bendiciones, peticiones, deseos y anhelos de nuestro corazón, pero hay que guerrearlas primero en lo sobrenatural para ver lo que Dios es capaz de hacer en lo natural.

Esta lección de hoy incluye una vida más dedicada a la oración, debemos aprender a ser más disciplinados y diligentes con la oración. Sé que la gran mentira que el enemigo quiere sembrar en nuestras mentes es: NO HAY TIEMPO PARA ESO, y hablando con mi Pastor un día me decía que, HAY TIEMPO PARA TODO y, en efecto, me lo sustentó con una Palabra (Ecleciastés Cap. 3). No podemos permitirle al enemigo que con su ley del pecado nos dicte qué debemos hacer o lo que debemos dejar de hacer, debemos más hacer la voluntad del Espíritu e ir en contra de los deseos de la carne. La invitación es para que empecemos a tener una vida disciplinada dedicada a la oración.

4. CREERLE A DIOS “y todo lo que pidiereis en oración, CREYENDO, lo recibiréis” (Mateo 21: 22 RVR1960). Pareciera fácil, pero no lo es. A veces nos cuesta creerle a Dios. Hace meses compartía con unos amigos y les decía que para el ser humano era más fácil creerle al diablo que creerle a Dios y luego mi Pastor usó esa expresión igualmente bajo el mismo contexto. No sé a qué se debe, pero es parte de nuestra naturaleza creer en las cosas del enemigo, cuando es más sencillo creerle a Dios. A pesar de que este verso habla de la oración, en el fondo igualmente toca el tema de la fe y me recuerda tanto esa cita de Romanos que dice la fe viene por el oir La Palabra de Dios. También recuerdo otra que dice que sin fe es imposible agradar a Dios. El tamaño de nuestra fe determina cuánto le creamos a Dios, por eso es que el texto base nos dice CREYENDO, razón por la que lo puse en mayúsculas, para resaltarlo porque el problema aquí es que no creemos muchas veces lo que le pedimos a Dios. Resulta que quiero ser sano de una enfermedad, pero en mi corazón existe una pequeña duda y me pregunto ¿será posible para Dios hacerlo? Esa pequeña duda hace que la medida de tu fe en Dios sea igual a no tener fe. Así que de ahora en adelante debes empezar a trabajar en construir una fe fuerte, hay que creerle a Dios en todo, Él puedo hacerlo, pues para Dios no hay nada imposible (Lucas 1:47 RVR1960).

Espero que tengas un día súper bendecido y que las bendiciones del Todopoderoso nunca dejen de perseguirte. No olvides ser de bendición para otras personas, comparte, hazlo sin temor.

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla

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