Un evangelio diferente

Es increíble ver cuántas sectas hay en la actualidad convenciendo a muchos de seguir una verdad a medias y equívoca. Pero, quizá, lo que más me aterra de todo esto es cómo estos seguidores no se toman el tiempo de escudriñar la Palabra de Dios en búsqueda de la única verdad, sino que, por el contrario, aceptan todo cuanto les digan, a tal punto, que lo que les dicen se constituye en su máxima verdad, por encima de la Biblia que es el único libro que habla con verdad y autoridad. Asimismo sabemos, que bíblicamente hablando, el Señor nos habla de todas estas cosas.

Mira lo que el libro de Gálatas nos enseña respecto a este tema, que muchos creerían que es novedoso: “estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:6-9 RVR1960). Esta porción de la Palabra era para los Gálatas y algo que me llama profundamente la atención es que el Apóstol Pablo deja en claro que a ellos se les había predicado el evangelio de salvación, pero deciden apartarse de Cristo para seguir un evangelio diferente. Es triste ver que alguien llegue a los pies de Jesús para luego apartarse, ¿no es así? Pero me pregunto: ¿realmente hubo un arrepentimiento genuino en esa persona? No quiero entrar a juzgar a nadie, pero es imposible que, después de conocer la verdad y aceptar el sacrificio de Jesús en la cruz, alguien pueda aceptar otra creencia para obtener salvación. El fin de un evangelio diferente es el de apartarnos de nuestro Creador y así traer condenación, no hay otra finalidad, pues esas doctrinas dicen tener un solo dios, pero el dios del que hablan no es el mismo al que tú y yo le damos el primer lugar, la gloria y toda honra.

¿Qué debemos hacer con esa persona que intenta hablarnos de un evangelio diferente? El Apóstol Pablo nos da la respuesta allí mismo: que sea anatema. Pero, ¿qué es un anatema? Este vocablo hebreo proviene del verbo hebreo jâram, “dedicar a la destrucción”. La idea básica de esta palabra es que algo o alguien ha sido puesto bajo una prohibición; prohibición que lo destina a la destrucción o lo aparta de la sociedad (tomado de https://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/anatema/). En este sentido, debemos apartarnos de esta(s) persona(s), pues intentarán convencernos de una verdad absoluta para ellos. Debemos, entonces, hacer lo que la Palabra nos exhorta: “como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas” (1 Timoteo 1:3-7 RVR1960). Espero que esta reflexión haya hablado a tu vida tremendamente como lo hizo conmigo mientras la escribía. No olvides ser de bendición para otros, comparte. Feliz y bendecido inicio de semana.

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla

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