Amor + Oración = ¡Victoria!

La Formula Amor + Oración = ¡Victoria!Mi experiencia es que rara vez he sido capaz de ‘arreglar’ el comportamiento de las personas difíciles en mi vida. Responder de manera emotiva con personas difíciles nunca produce un cambio permanente. Creo que tal vez Dios lo ha puesto a usted en la vida de esas personas difíciles no para moderar su comportamiento irregular, sino para orar por ellos. Es una simple ecuación que Dios nos da para lidiar con aquellos ejemplares irritables y problemáticos de la humanidad: Amor + Oración = Victoria.

La estrategia de Dios rara vez incluye emociones pero siempre tiene dosis generosas de amor y oración unidas para un final victorioso. Dios no lo creó a usted para ser un derviche girador que usa palabras para incitar, herir o controlar a las personas. Dios lo creó para ser un hombre o una mujer más comprometido con el Reino que con usted mismo. Las personas difíciles pueden huir de sus palabras, pero nunca podrán escapar de sus oraciones. No podemos ni debemos desconectar lo que creemos y la manera en que tratamos a los demás, no importa lo difíciles que sean.

Existe un antídoto para la amargura y la ira, se llama amabilidad. Hay una manera de vencer el enojo y la gritería, se la conoce como ser tierno de corazón. Hay también una manera de conquistar la calumnia, se la conoce como perdón.

Se necesita ser un cristiano maduro y piadoso para bendecir a los que nos persiguen en la vida. Bendecimos con nuestra lengua, con la actitud de nuestro corazón, con nuestras emociones y acciones. Algunos de ustedes podrían pensar: “Sí, Carol, ¡pero tú no conoces a mi tía Matilda! ¡Es antipática de todas las maneras imaginables!”. Tal vez no les gustará mi respuesta a la situación con la tía Matilda, pero aquí está. Alguien ama a la tía Matilda y su nombre es Dios, ¡así que comienza a actuar como tu Papá!

Todos somos difíciles de amar en alguna manera, ¿no es así? Todos podemos ser rápidos para ofendernos, bruscos para hablar y contenciosos de vez en cuando, pero creo que la razón por la que somos difíciles de amar es porque en lo más profundo de nuestro ser estamos clamando por ser amados. Habrá muchas ocasiones en su vida en que su decisión de amar a los puercoespines los desarmará completamente.

Si se rehúsa a perdonar y a bendecir a las personas difíciles en su vida, está en peligro de convertirse en una persona difícil. La ecuación no falla y garantiza su inminente victoria:

Amor + Oración = ¡Victoria!

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