CONOCER A CRISTO

Conocer a Cristo

A fin de conocer a Cristo, conocer la virtud de su resurrección, y participar de sus padecimientos, hasta llegar a ser semejante a él en su muerte. Filipenses 3: 10Saulo de Tarso tenía una gran pasión por servir a Dios. Sabemos que su viaje a Damasco estaba motivado por un celo equivocado por Dios. Guardaba estrictamente la letra de la ley de Dios, y tenía el sincero deseo de agradar y servir al Creador. Pero cuando se encontró con Jesús en el camino a Damasco, y se convirtió, su perspectiva cambio, pero su pasión permaneció. Ahora absolutamente toda la vida del apóstol Pablo se centraba en su ardiente deseo de conocer a Jesús y predicar las buenas nuevas del evangelio.
Pablo siempre se esforzaba porque su relación con Jesús fuera lo más intima posible. Su deseo constante era conocer mejor la muerte y la resurrección de Cristo. Conocer a Jesús es mucho más que tener información suficiente acerca de él. Aunque conocer la Biblia es importante, y memorizarla es muy deseable, se pueden memorizar relatos, información e historias bíblicas y todavía no conocer a Jesús. Pero Jesús dijo que conocer a Dios es sumamente importante. De hecho, en eso consiste poseer la vida eterna: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste» (Juan 17:3). «Un conocimiento experimental y viviente conduce a la vida eterna. No hay salvación en solo conocer, pero tampoco puede haber salvación sin conocimiento (Rom. 10: 13-15). Aquí se define el conocimiento salvador como el que se centra en “el Dios verdadero”, en contraste con los dioses falsos, y en Jesucristo. Fue muy notable la ausencia del conocimiento de Jesucristo en la religión de los judíos. En el día final los hombres serán rechazados porque despreciaron el conocimiento esencial» (Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 1027).
Conocer a Cristo es amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con toda nuestra fuerza. Es confiar en él en medio de cualquier circunstancia en que nos encontremos. Es acercarnos confiadamente a él, para «hallar gracia para el oportuno socorro». Nada en la vida tiene verdadero significado sin el conocimiento de Cristo. Solo el conocimiento de Cristo tendrá valor al final. ¡Qué terrible será, para quienes la escuchen, aquella terrible declaración de Jesús: «Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad» (Mat. 7: 23)!
Como dice nuestro texto de hoy: Los cristianos están dispuestos a participar de los padecimientos de Cristo, «a fin de conocerlo». Asegurémonos hoy de que nada sea más importante en nuestra vida que conocer a nuestro Salvador.¿Quién es él?Dijeron todos: «¿Luego eres tú el Hijo de Dios?» Y él les dijo: «Vosotros decís que lo soy». Lucas 22: 70Quién es Jesús? La pregunta era central y de suma importancia para la turba y para Pilato, que lo interrogaba oficialmente. «¿Quién dices que eres? ¿Quiénes dicen ellos que eres?», preguntaba Pilato mientras el calor de la pasión ardía,en el corazón de la multitud que acusaba a Jesús, la identidad de Jesús es importante, porque una vez que reconocemos quien es en realidad Jesús, sabremos lo que tenemos que hacer con él. Jesús les plantea la misma pregunta a sus seguidores para que le dijeran quién creía la multitud que era él. La Escritura nos dice que ellos respondieron: «Algunos dicen que eres Juan el Bautista. Otros dicen que tú eres Elias. Y otros más creen que tú eres Jeremías, o uno de los profetas antiguos que ha resucitado». Y Jesús les preguntó: -Y quién decís vosotros que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el I Hijo del Dios viviente». Jesús le respondió: «Bienaventurado eres, Simón, híjo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (M.it. 16:14-17).
Esa sigue siendo una pregunta importantísima para cada uno de nosotros en la actualidad. Cada uno de nosotros debe decidir quién es Jesús. Si es un simple hombre, entonces ignóralo a él y a sus enseñanzas. Pero si tu respuesta es que Jesús es el Hijo de Dios, entonces todo debe cambiar. Al afirmar que Jesús es el Hijo de Dios, recocemos su poder, su muerte y su resurrección por nosotros. Y por ello lo hacemos Señor de nuestras vidas. La manera en que tú y yo nos conducimos en nuestro diario vivir se debe a la respuesta a la pregunta: ¿Quién es Jesús? Si creemos que Jesús es el Hijo de Dios, entonces nuestro orgullo, nuestro mal temperamento, nuestros malos pensamentos, tienen que ser aplastados por el poder de un Cristo vivo trabajando en nuestro ser.
Gracias a Dios, Pedro entendió quién era, verdaderamente, Jesús. No era simplemente un profeta más. Jesús era Aquel de quien los profetas habían hablado tanto y a .quien los patriarcas desearon tanto ver. Como consecuencia de ello, la vida de Pedro empezó a cambiar para siempre. Tristemente, Pilato no lo entendió. Herodes no lo entendió. La multitud no lo entendió. Por eso sellaron su destino para siempre.
¿Quién dices tú que es Jesús? ¿Es el Hijo del Dios viviente y el Redentor de la humanidad? ¿Qué cambio supone eso para tu vida?Dios te bendiga; es mi deseo y oración,Febrero, 27 2009¡El Dios al que yo sirvo esta aquí!Si tienes un pedido de oración envíalo a cielo77014@hotmail.com Oramos  por ti y por tu pedido de oracion

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  1. rafael coss

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