Corazón Mentiroso

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9

Amanece en Martinsville, en el interior del estado de Virginia. No hay sol; mejor dicho, sí lo hay, pero yo no lo puedo ver porque una neblina pesada no me permite visualizarlo. ¿Cómo podría no haber sol? El sol siem­pre está allí, en el mismo lugar; no cambia nunca. Pero, a veces, el clima es ingrato. Las condiciones atmosféricas parecen fieras atemorizantes: nubes negras, truenos y relámpagos envuelven la tierra; o una neblina densa, como la de hoy, lo deja todo sombrío.
Sentado frente a la computadora, miro a través de la ventana y, al con­templar el día triste y ceniciento, viene a mi mente el tema de este devocional. Hay días así en la vida: te levantas, miras por la ventana del alma… y no ves a Dios. Pero, Dios está allí, en el mismo lugar; más cerca de lo que puedes imaginar. Solo que las circunstancias son tan adversas que no puedes verlo. Y te sientes triste; con una tristeza que duele y se transforma en temor. Como si Dios te hubiese abandonado o no le prestara importancia a tu dolor.
¿Qué te puedo decir? Muchas veces, en mi vida, también hay días sin sol. Soy humano y, por más que busco a Dios, hay ocasiones en que me siento como andando en medio de la neblina. Pero, yo sé que Dios está allí, solo que quisiera verlo y tocarlo. Eso es parte de nuestra humanidad, ¿sabes? Solo creemos en las cosas que nuestros ojos ven y que nuestras manos tocan. Por eso, necesitas aprender a administrar tu humanidad; a convivir con ella sin darle mucho crédito cuando te hace pensar que estás solo.
En este momento, puede ser que tu vida esté envuelta en densa neblina. Tu humanidad puede hacerte sentir que Dios te abandonó. Pero, recuerda lo que un día advirtió Jeremías: “Engañoso es el corazón y perverso, ¿Quién lo entenderá?” Entonces, no le creas a tu corazón. ¡Cree en las promesas de Dios!
Cuando las cosas no salen como quieres; cuando todo te parece sombrío y el barco de tu vida parece naufragar, mira más allá de la tormenta. Por encima de las nubes, no solo brilla el sol, sino también Dios controla el uni­verso; y con toda seguridad está, también, en el control de tu vida.
Sal para la lucha de la vida hoy, pero recuerda: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

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