Testimonio Viaje Misionero Anniston Alabama

**Este es mi testimonio de un viaje misionero que hice a la Primera Iglesia Hispana Discipulos de Cristo en Anniston, Alabama. Los testimonios tambien son una forma de predicar la palabra de Dios y sirven de bendicion, sobretodo cuando los compartimos con los demas. Espero que les sea de bendicion a todos. Dios les bendiga.**

Testimonio Viaje Misionero Anniston Alabama

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”

Salmos 126: 5-6

Mientras viajábamos de Puerto Rico hacia Atlanta y yo veía por la ventana el estado de Georgia. ¡Me percate que estaba en un avión! Decía para mí: “Este es el sueño más vívido que yo he tenido en mi vida, pero ya mismo me levanto…”

Tan pronto entramos a la iglesia, me enamoré, me enamoré de la estructura y me enamoré de los hermanos y hermanas que en ella se congregan. La presencia de Dios habita de manera tan y tan especial que con tan sólo entrar a CUALQUIER parte tu las puedes sentir, como si fuese palpable. El primer día todavía no tenía idea clara de lo que iba a hacer, pero sentía un gozo por estar allí que no podía comprender. Ya cuando llegó el domingo, confieso que estaba cansadísima, sentía que mi cuerpo no daba más, pero en mi espíritu había tanto GOZO, tanta paz, tantas energías y deseos de trabajar que verdaderamente yo dejé de caminar por mis propias fuerzas, ya era el Espíritu de Dios caminando en mí en su totalidad.

Recuerdo que el domingo cuando fui a presentar la pantomima, tan pronto entré, sentía una presencia de Dios y un gozo aún mayor, tenía un taco en mi pecho y miedo de llorar terrible pero sabía que era la presencia de Dios que inundaba mi ser. Fue una bendición hermosa, fue como la primera vez que hice pantomimas por primera vez en un altar, como si Dios hubiese renovado mi talento.

Comienza el campamento lunes y ya para eso de las 12:45pm estaba yo arrodillada en el altar de la iglesia llorando, frustrada y cansada por la tensión y la presión del trabajo. Sin embargo mientras le oraba sentí las manos de Dios sobre mis hombros como las de un entrenador, y en mi corazón, sentí como él me decía prepárate porque aquí voy a moldear tu vasija.  Ese mismo día en la noche nos reunimos todos a orar por una situación personal por la cual estaba pasando, y verdaderamente Dios se GLORIFICO, se manifestó de una forma única y majestuosa en medio de nosotros, llamándonos como uno, como el candelero de una sola pieza a ser mensajeros a las naciones. También confirmó una de mis peticiones, pues me afirmó un llamado que yo tenía dentro de mi corazón, fui llamada para la sanación espiritual de las almas.

Durante toda la semana Dios se glorificó, se manifestó, a medida que dábamos, recibíamos más y más, ninguno puso su granito de arena, todos pusimos nuestro ser en servicio de esa obra y recibimos en sobremanera, cosechamos más de lo que esperábamos. Al principio cuando la Pastora Jeannette citó el Salmo 126 en los versos 5-6, no le di tanta atención ni pensamiento, sin embargo cuando llegó la noche del viernes, mientras veía esos niños participar en ese altar recogí gozosa mis gavillas, las cuales había sembrado durante aquellos cuatro días. Hice ese verso muy mío, Dios me dio la bendición de vivirlo y testificarlo.

Cuando partí a Anniston era una Angélica, ahora soy otra, una más apasionada por su obra y mucho más enamorada por el servicio de lo que ya estaba antes, Dios me dio la bendición de ser instrumento de salvación y de bendecir,  pero también moldeó mi vasija de una forma que aunque no entendí del todo, no me puedo dejar de regocijar, ni de ver cuántas bendiciones recibí por medio de ello.  Regresé tan fortalecida en Él que aún cuando en Puerto Rico, sin yo saberlo me esperaba la muerte de mi querida perra Lulu (quien era como una hija para mi.) En medio del doloroso momento que fue para mí saber que un ser al cual amaba incalculablemente partió dejando un vació en mi corazón, recordé, que en Anniston hice nuevos espacios en mi corazón para unas vidas y unas almas tan bellas y humildes, de las cuales me enamoré el instante en el que las conocí. ¿Cómo creen?  ¡Que hasta por allá me quería quedar! Híjole, a la verdad es que Dios, si que fue bien Padre con nosotros. (Y aprendí un poquito de mejicano, ¿vieron?)

de Angelica Perez, buscala [aqui]

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