CAMINO DE LA PELUQUERIA DE DALILA

Camino de la peluquería de Dalila

Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
Jueces 13: 5

La Biblia presenta a Sansón como un hombre de una fuerza increíble, pero, lamentablemente, desperdiciada. Dios lo bendijo y lo ungió. Le dio una gran fortaleza física. Lo tenía todo para ser uno de los líderes más destacados en la historia de Israel. Tenía todo el potencial para ser grande en la obra de Dios. Sin embargo, en vez de ser un modelo de excelencia, llegó a ser ejemplo de cómo no se debe vivir.
Sansón es el ejemplo más trágico de una vida desperdiciada y de un gran potencial y una gran habilidad desaprovechados. Su vida ilustra perfectamente la verdad de que un buen comienzo no siempre garantiza un buen final. Salomón expresó lo mismo cuando dijo: «Mejor es el fin del negocio que su principio» (Ecl. 7: 8). El ángel del Señor definió la misión de Sansón: «Comenzará a salvar a Israel». Comenzaría a salvar a Israel, pero no terminaría la tarea.
Si alguien tuvo la posibilidad de ganar la carrera, fue Sansón. Pero fue descalificado. Fue un perdedor en la carrera espiritual. ¿Por qué? Dalila lo presionó repetidas veces para que le revelara el secreto de su fuerza para poder dominarlo. Para Sansón aquello era un juego. Al parecer, pensó: «Nadie podrá dominarme. Soy Sansón. He matado filisteos para entretenerme. Yo arranqué las puertas de Gaza, desde sus mismos fundamentos y las llevé a cuestas hasta la cima de la montaña, por deporte. Nadie puede detenerme. Nadie podrá vencerme, y menos esta mujerzuela». Creyó que era divertido jugar con aquella mujer.
Hay quienes piensan que pueden jugar con las tentaciones. Están convencidos de que no fallarán. Se sienten seguros y fuertes. Dicen: «Solo un poquito, solamente esta vez y no lo haré más; lo prometo. En serio, solamente esta vez. Nunca más lo haré». Sin embargo, siempre terminan encadenados, como Sansón, a la rueda del molino.
Quizá estás siendo tentado ahora mismo, y has pensado de esa manera. Aprende la lección de Sansón. No ignores lo que puede suceder. Medita en la advertencia que Dios te da a través de la vida de Sansón. Si has fallado, Dios te perdonará si te arrepientes. Reconoce tus faltas. Si has cometido un error, Dios te dará una segunda oportunidad. Si has pecado, te perdonará. Continuar con la gracia divina es mejor que darse por vencido. Todo eso nos enseña la vida de Sansón.

 

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