PERDONATE A TI MISMO
Perdónate a ti mismo
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9
Una señorita emigró a los Estados Unidos. En su Cuba natal había sido una católica muy devota, y acostumbraba confesar sus pecados al sacerdote. En su nuevo hogar; afrontó el problema de que no podía confesar sus pecados en inglés. El problema pronto se convirtió en una crisis. Un día supo que había un sacerdote que hablaba los dos idiomas y, después de dar con él, lo convirtió en su confesor.
Pero un día se encontró con la noticia de que su confesor había sido transferido a otra parroquia y el problema se presentó de nuevo. No tenía a quién confesarle sus pecados. La crisis la llevó a la necesidad de confesar sus pecados en inglés, idioma que todavía no dominaba. Nuestra heroína pidió a una amiga bilingüe que tuviera la bondad de ayudarla a traducir sus pecados para poder confesarse. Ella practicó una y otra vez la frase -Perdóneme, padre; he pecado-, y finalmente llegó al confesionario. Después de pronunciar la frase -Perdóneme, padre; he pecado-, sacó su lista donde tenía sus pecados traducidos al inglés. Pero descubrió que el confesionario estaba muy oscuro y que no podía leer la lista. Intentó una y otra vez leer la lista, pero no pudo hacerlo, y al fin se dio por vencida. Salió del confesionario llorando. Un sacristán que la vio llorando la escuchó decir en un susurro: -No puedo ver mis pecados-.
Aquella fue una declaración muy profunda. Y tú, ¿puedes ver tus pecados? Es decir, ¿no puedes verlos porque los reconoces y los confiesas? ¿No puedes verlos porque Dios ya los ha echado a lo profundo del mar y ahora están tan lejos de ti como lo está el oriente del occidente-, como dice el salmista? ¿0 no puedes verlos porque no los reconoces ni aceptas tu culpabilidad ante Dios?
Nuestro tema de hoy nos asegura que si confesamos, recibiremos el perdón. Es una de las afirmaciones más claras de la Biblia: -Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
¡Qué maravillosa seguridad! Deberíamos aceptar eso con todo nuestro corazón. Lamentablemente, muchas veces seguimos sintiéndonos culpables de los pecados que hace tiempo confesamos. Creemos que Dios nos perdona, pero nosotros no nos perdonamos a nosotros mismos. Es como si creyésemos que es nuestra obligación sufrir, pagar algo, hacer expiación. A veces confundimos los problemas que vienen como resultado del pecado con algún tipo de castigo por el pecado, y, si sufrimos ese “castigo”, nos sentimos “perdonados”. Dejemos toda duda y aceptemos hoy el perdón divino.
Que Dios te bendiga
Octubre, 12 2009
dios los vendiga qe ermosa esa reflexcion ciento qe dios ne esta ablando a mi bida. por qe mo ne puedo perdonar se qe el ya ne perdono, pero tengo muchas luchas com mi persona pero guando bienen las pruevas me kaigo, qe puedo aser los amo en nonbre de cristo jesus
Dios les guarde que maravillosa reflaccion.me ha tocado mi alma porque muchas veces me sentia culpable de lo que cometi en el pasado y no dava paso a la vos de Dios que me decia eres libre, estas perdonada.yo estoy con tigo,note dejare sola.gracias y que Dios les bendiga
Que puedo decir. solo GRACIAS SEÑOR JESUS. GRAAAACCCIIIAASSSSSS.