El encuentro asombroso entre Unamuno y Gaudí
Imagen por benbeiske
(Víspera del Día Internacional del Estudiante)
El 13 de octubre de 1906 «el poeta [catalán Joan] Maragall invitó a su amigo don Miguel de Unamuno a asistir al primer Congreso de la Lengua Catalana y a pronunciar una conferencia en el Ateneo Popular de Barcelona… [y aprovechó la oportunidad] para presentar al filósofo vasco y catedrático en Salamanca, a su otro amigo, [Antoni] Gaudí…. Unamuno aceptó gustoso acudir al templo de la Sagrada Familia…. [donde] les esperaba Gaudí.
»Nada más saludarse, el arquitecto quiso complacer al filósofo y [lo] felicitó por su tesis “Raíces vascas”, a lo que Unamuno respondió haciendo un elogio del pueblo vasco, en contraposición al pueblo catalán. Se había producido la chispa que los enfrentaría para siempre….
»El siguiente paso fue la visita a la cripta del templo y, a continuación, la visita a la fachada…. Unamuno… le dijo:
»—Me gusta la cripta, pero no la fachada del Nacimiento. Puede que sea una fachada bella, no lo sé, pero me parece falta de sustancia…. Parece mentira que, siendo usted tan inteligente, crea en estas cosas de la religión. Además, esta forma de arte no me gusta…. Es un arte borracho.
»… [Al] dar explicaciones con cálculos matemáticos, [Gaudí se dio cuenta de que Unamuno no sabía matemáticas, así que le preguntó al respecto e hizo que Unamuno, molesto, lo admitiera….] La contestación demoledora de Gaudí fue:
»—Yo estaba convencido de que usted era un verdadero filósofo. En la Grecia antigua… hubiera sido impensable que un filósofo no supiera matemáticas….
»Hacia el final de la tarde… Unamuno se disculpó ante Gaudí por sus feroces críticas y le dijo:
»—Mire, don Antoni, quisiera [invitarlo a visitarme en Salamanca como muestra de mi amistad].
»… Gaudí [respondió] simplemente [abrazando] a Unamuno, y éste le respondió con unas palmadas… en la espalda. Se había sellado una amistad entre ambos… [a pesar de que antes de despedirse]… Unamuno [le preguntó] qué pensaba de sus obras, a lo que Gaudí respondió impertérrito:
»—La verdad, me hacen el efecto de desperdicios de casa señorial donde se amontonan trozos de seda, de terciopelo y otras cosas valiosas y relucientes, pero que en realidad no valen para nada; son cosas para tirarlas.»
Según el veterano escritor catalán Josep Moya-Angeler en su novela titulada El problema es Gaudí, «el ambiente se puso tan tenso que Maragall creyó que los dos genios llegarían a las manos. Pero, en ese momento, sonó la campana que anunciaba el atardecer… [por lo que Gaudí] se excusó para rezar. Acabada la oración, les dijo mientras se marchaba:
»—Alabado sea Dios. Buenas tardes tengan ustedes.»1
Menos mal que a aquellos dos genios tan dispares y tan extraordinarios, tal como los describe Moya-Angeler,2 Dios no solamente los creó, sino que los supo valorar y juzgar por igual, como siempre lo ha hecho y seguirá haciendo con cada uno de nosotros. Sólo nos queda agradecérselo, alabarlo como Gaudí, y pedirle que se haga su divina voluntad en nuestro círculo de influencia.3
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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1 | J. M. Angler (seudónimo de Josep Moya-Angeler), El problema es Gaudí (Sevilla: Punto Rojo Libros, 2019), pp. 153-56; véanse Verónica Viñas, «A Gaudí lo empujaron al tranvía, no fue un accidente» (Reseña de El problema es Gaudí por J. M. Angler, publicado por Punto Rojo), Diario de León, 5 abril 2020 <https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/ gaudi-empujaron-tranvia-fue-accidente/202004050332182001940.html> En línea 6 junio 2023; y Xavier Güell, Yo, Gaudí (Narrativa) (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2019), pp. 238-44. |
2 | Angler, p. 155 |
3 | Gn 1:27; 1S 16:7; Jer 1:5; Sal 139:1-6,13-14; Mal 2:10; Mt 6:10; Ro 12:2; Ef 2:10; Col 3:25; 1P 1:17; 1Jn 3:20 |