Vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.

Tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Y vosotros seréis llamados sacerdotes del SEÑOR;  ministros de nuestro Dios se os llamará.

…sacerdotes de Dios y de Cristo…

 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe.

Ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

El templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.

Ex.19:6   Ro.5:9,10   I P 2:9   Is.61:6   Ap.20:6    Heb.3:1;  13:15   Ef.2:10   I Co.3:17