LOS CIELOS

Mas el fin de todas las cosas se acerca.

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo.

Los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio.

Dios es nuestro refugio y fortaleza nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios,  y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo.  

 Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis.

Tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos.

Nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.

Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles.

I P. 4:7   Ap. 20:11   II P. 3:7   Sal. 46:1-3   Mt. 24:6   II Co. 5:1   II P. 3:13,14

Comparte:


Ultimos comentarios
  1. Aycardo Londoño

Dejar comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *