UN SALVADOR HA NACIDO

¡Un salvador ha nacido!

Él estaba con Dios en el principio (Juan 1:2).

EL HECHO MÁS TRASCENDENTAL EN LA HISTORIA de la humanidad fue el nacimiento de Jesús de Nazaret, acontecimiento que el mundo cristiano celebra a partir de esta noche. Pero fue más que un gran hombre y un maestro extraordinario. Fue el enviado de Dios a un mundo que perecía en las tinieblas del mal. De acuerdo al Evangelio de Juan, él fue la luz verdadera que vino al mundo.
Hay seis postulados importantes que Juan hace al comienzo de su Evangelio acerca de Jesús de Nazaret. A este personaje que nació en la humilde aldea de Belén, en un sitio donde guardaban el ganado, el apóstol lo llama el Logos, es decir, el Verbo de Dios, el pensamiento de Dios hecho audible. Por eso, la primera declaración contundente que el escritor hace es que este Verbo era preexistente: «En el principio ya existía el Verbo» (Juan 1: 1). El autor usa la palabra “principio” para referirse al momento anterior a la creación del mundo. Lo que quiere decir es que el Verbo no pertenece al orden de las cosas creadas. Antes de que todas las cosas existieran, estaba el Verbo. En este mundo estamos acostumbrados a ver que todas las cosas creadas tienen un principio y un fin. Pero el Verbo no tuvo principio. No hubo un tiempo cuando el Verbo no existiera. El profeta Isaías lo llamaba: «Padre eterno» (Isa. 9: 6), es decir, sin principio ni fin.
La segunda declaración con respecto al Verbo es también impresionante: «El Verbo estaba con Dios» (vers. 1). Esta afirmación indica que era compañero de Dios. Él es eterno, y el Verbo fue su compañero. Pero esa declaración también nos dice que el Verbo no debe confundirse con Dios. Por ser el Hijo no era Dios el Padre. Es decir, no era idéntico. En esta declaración magnificente del Verbo, la intención es separar, no fusionar, las personalidades de Dios y del Verbo. El Verbo era distinto, porque estaba con Dios.

Que Dios te bendiga,

Diciembre, 24 2010

Verbo divino

Él es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1: 15).

A LAS DOS DECLARACIONES DE AYER, el apóstol agrega otra igualmente contundente: «Y el Verbo era Dios» (Juan 1: 1). No están fusionados el Verbo y Dios. Hace una distinción entre sus personalidades: El Verbo estaba con Dios. Pero ahora nos previene con la misma fuerza a que no vayamos a pensar que el Verbo era inferior a Dios. La expresión «el Verbo era Dios», quiere decir que el Verbo era divino. Esta conclusión es la más lógica, porque ya nos ha informado que él estaba con Dios, y ahora no dice que era Dios. Esto quiere decir, entonces, que el Verbo tenía una naturaleza divina.
Esta declaración era increíble para la gente de la época de Jesús. No era una creencia común en el judaísmo de sus días de que el Mesías fuera un ser divino. Los judíos pensaban que sería un líder humano, descendiente del rey David, y que llegaría a ser rey de Israel y del mundo. Los planes de Dios para la humanidad escapaban a la comprensión más excelsa de los hombres. Por eso, Mateo dijo, citando al profeta Isaías: «Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel” (que significa “Dios con nosotros”)» (Mat. 1: 22, 23).
La cuarta declaración sorprendente de Juan acerca del Verbo es: «Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir» (vers. 3). Esta afirmación nos dice que el Verbo fue el creador de todo lo que existe. De nuevo, el apóstol Pablo afirma lo mismo cuando dice: «Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él» (Col. 1: 16).

Que Dios te bendiga,

Diciembre, 25 2010

Él es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1: 15).

A LAS DOS DECLARACIONES DE AYER, el apóstol agrega otra igualmente contundente: «Y el Verbo era Dios» (Juan 1: 1). No están fusionados el Verbo y Dios. Hace una distinción entre sus personalidades: El Verbo estaba con Dios. Pero ahora nos previene con la misma fuerza a que no vayamos a pensar que el Verbo era inferior a Dios. La expresión «el Verbo era Dios», quiere decir que el Verbo era divino. Esta conclusión es la más lógica, porque ya nos ha informado que él estaba con Dios, y ahora no dice que era Dios. Esto quiere decir, entonces, que el Verbo tenía una naturaleza divina.
Esta declaración era increíble para la gente de la época de Jesús. No era una creencia común en el judaísmo de sus días de que el Mesías fuera un ser divino. Los judíos pensaban que sería un líder humano, descendiente del rey David, y que llegaría a ser rey de Israel y del mundo. Los planes de Dios para la humanidad escapaban a la comprensión más excelsa de los hombres. Por eso, Mateo dijo, citando al profeta Isaías: «Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel” (que significa “Dios con nosotros”)» (Mat. 1: 22, 23).
La cuarta declaración sorprendente de Juan acerca del Verbo es: «Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir» (vers. 3). Esta afirmación nos dice que el Verbo fue el creador de todo lo que existe. De nuevo, el apóstol Pablo afirma lo mismo cuando dice: «Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él» (Col. 1: 16).

Que Dios te bendiga,

Diciembre, 25 2010

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