FUERTE EN EL SEÑOR

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Pelea la buena batalla de la fe.

Nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores.

No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos.

Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.

Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.

Dios es mi fortaleza poderosa, y el que pone al íntegro en su camino.

El adiestra mis manos para la batalla,  y mis brazos para tensar el arco de bronce.

Nuestra suficiencia es de Dios,

El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen,  y los rescata.

He aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.

El tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada; siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.

I Ti. 6:12   II Co. 7:5   II R. 6:16   Ef. 6:10   I S. 17:45   II S. 22:33,35   II Co. 3:5   Sal.34:7   II R. 6:17   He.11:32-34

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