Reflexiones de Super-Heroes – Lucas Leys

¿A quién no le gustaría tener poderes sobrenaturales? De pequeño jugaba a Superman, al Hombre-araña y a otros súper héroes que podían hacer cosas que para mí eran imposibles.
¡El Señor nos da PODER!

Si alguna vez te sedujo la idea de tener poderes sobrenaturales, agárrate del asiento y ponte la capa a donde quieras que estés porque tengo noticias: Luego de la resurrección y antes de la ascensión las últimas palabras de Jesús fueron:

‘Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán PODER y serán mis testigos’ (Hechos 1.8).

Algunos no se dan cuenta pero la vida cristiana se trata de contar con los poderes sobrenaturales del Espíritu Santo. Pero yo sé lo que muchos pueden estar pensando: hay demasiados cristianos que viven sin poder. Sin poder para vencer malos hábitos, sin poder para cambiar sus vidas, sin poder para crecer, sin poder para sobreponerse a sus temores, sin poder para tener las familias que desean, sin poder para salir de la mediocridad y sin poder para cumplir sus sueños. Todos queremos tener poder para llegar a ser lo que debemos ser, así que te propongo que analicemos estos tres secretos de cómo se desata el poder de Dios en nosotros.

Propósito

El primer secreto tiene que ver con ir entendiendo el propósito de Dios para tu vida. Sin tener un propósito en la vida es más fácil caer en las garras del desorden, la desorganización, la pobreza, la inconstancia, las malas compañías y los malos hábitos. Efesios 2.10 dice ‘Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.’ Yo te pregunto: ¿Te has puesto como meta ser de bendición? Eso es lo que el Espíritu Santo quiere llevarte a hacer.

No hay manera de vivir en el poder del Espíritu sin rendirse a los planes de Dios.

Pasión

La pasión tiene que ver con el corazón. Luchar por un propósito, alcanzar metas y cumplir con la voluntad de Dios para tu vida demanda mucha energía emocional. Demanda que tu corazón esté 100 por 100 involucrado y comprometido con alcanzar ese premio.

Paciencia

Pero está el tercer secreto y este es lo que más me cuesta a mí: La tercera P es de paciencia. Muchas veces pretendemos un cristianismo instantáneo. Queremos ir a los pastores, que nos hagan click y solucionamos nuestros problemas. Pero fíjense el estilo de Dios. Él es un artista, le gusta la perfección y por eso permite que seamos probados. Que pasemos por problemas y dificultades para que ganemos paciencia.

¿Cuántos chicos y chicas se complican el futuro por no tener paciencia en cuanto al sexo? ¿Cuántos adultos por no tener paciencia no saben ahorrar y pagar sus deudas?

La paciencia es una sabia consejera y por eso Dios quiere que tengas paciencia.

Por: Lucas Leys – www.EspecialidadesJuveniles.com

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