El Señor hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía.

Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda en sus caminos. Cuando comas del trabajo de tus manos, dichoso serás y te irá bien.

Confía en el Señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Pon tu delicia en el Señor,y El te dará las peticiones de tu corazón.

¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mientras buscó al Señor, Dios le prosperó.

Cuídate de no olvidar al Señor tu Dios dejando de guardar sus mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos que yo te ordeno hoy; No sea que digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han producido esta riqueza.”

¿No está con vosotros el Señor vuestro Dios? ¿Y no os ha dado paz por todos lados?   

Gn.39:3   Sal.128:1,2;  37:3,4   Jos.1:9   Mt.6:33   II cr.26:5   Dt.8:11,17   I Cr.22:18