Dondequiera que vaya tu lengua, ¡tú irás!
En Santiago 3:3-5, Santiago dice:
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Santiago compara tu lengua con el freno en la boca de los caballos y con el timón de un barco. A dondequiera que el capitán del barco dirige el pequeño timón, el inmenso barco, de muchas toneladas de peso, irá.
Funciona de la misma manera con los caballos. Puedes poder a un niño de diez años que pese 25 kilos sobre un caballo de 700 kilos. Si el niño sabe cómo sostener las riendas y jalar el freno, él controlará al caballo y lo dirigirá a donde quiera ir.
Santiago está diciendo exactamente lo mismo que dijo Salomón en Proverbios 18:21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua…” Dondequiera que vaya tu lengua, ése será el camino por el cual toda tu vida irá.
Si tu vida está yendo por el mal camino, agarra los frenos. Toma el control del barco de tu vida con ese pequeño miembro que está justo debajo de tu nariz y encima de tu quijada. Tu lengua es el freno. Es el timón. Es lo que gobierna o controla toda tu vida. Toma la Palabra de Dios que has leído y ponla en tus labios. Libera el poder de vida cada día sobre ti y sobre la vida de otros hablando lo que Dios dice.
Tomando el dominio con tus palabras
Dios te creó para que domines. El diablo no tiene autoridad sobre ninguna parte de tu vida. Toma el control en cada área y dile al diablo que él no tiene lugar. Define el tipo de atmósfera que quieres que predomine en tu hogar y tu trabajo.
Jesús dijo:
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Mateo 18:18
Job 22:28 (RVA) dice: “Decidirás algo, y se te realizará…” Tú tienes dominio y autoridad para decidir.
Santiago continúa y dice:
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. Santiago 3:6-12
Santiago dice: “ningún hombre puede domar la lengua” (v. 8). No desestimes el trabajo del Espíritu Santo, y desarrolla una lengua que esté bajo Su control.
En Mateo 12:34 Jesús dijo: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
En Marcos 11:23 Él dijo:
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Para que tú creas que la Palabra hablada por tus labios tiene autoridad, tienes que entender el punto de que crees que todo lo que digas va a suceder. Tu corazón no estará de acuerdo contigo si tú, de manera constante, estás burlándote o hablando cosas malas.
Comienza cada día pidiendo al Espíritu Santo que refrene tu lengua:
Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios. Salmo 141:3