Canto de contrapunto entre Martín Fierro y el Moreno

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(Día de la Tradición en Argentina — Natalicio de José Hernández)

Era fantástico el negro…
que se tenía por bueno…
Todo el mundo conoció
la intención de aquel moreno.
Era claro el desafío
dirigido a Martín Fierro….
Tomó Fierro la guitarra,
pues siempre se halla dispuesto;
y ansí cantaron los dos
en medio de un gran silencio.
. . . . . . . . . .
[Primero cantó] Martín Fierro:

A un cantor lo llaman bueno
cuando es mejor que los piores,
y sin ser de los mejores,
encontrándose dos juntos
es deber de los cantores
el cantar de contrapunto.
. . . . . . . . . .
[Entonces cantó] El Moreno:

Yo no soy, señores míos,
sino un pobre guitarrero,
pero doy gracias al cielo
porque puedo en la ocasión
toparme con un cantor
que esperimente a este negro.

Yo también tengo algo blanco,
pues tengo blancos los dientes.
Sé vivir entre las gentes
sin que me tengan en menos.
. . . . . . . . . .

De lo que un cantor esplica
no falta qué aprovechar.
Y se le debe escuchar
aunque sea negro el que cante;
apriende el que es inorante,
y el que es sabio, apriende más.

Bajo la frente más negra
hay pensamiento y hay vida.
La gente escuche tranquila,
no me haga ningún reproche.
También es negra la noche
y tiene estrellas que brillan….

Martín Fierro [cantó replicando]:

¡Ah! negro, si sos tan sabio
no tengás ningún recelo;
pero has tragao el anzuelo,
y al compás del estrumento
has de decirme al momento
cuál es el canto del cielo.

[A lo que respondió cantando] El Moreno:

Cuentan que de mi color
Dios hizo al hombre primero,
mas los blancos altaneros,
los mesmos que lo convidan,
hasta de nombrarlo olvidan
y sólo lo llaman negro.

Pinta el blanco negro al diablo,
y el negro, blanco lo pinta.
Blanca la cara o retinta
no habla en contra ni en favor.
De los hombres el Criador
no hizo dos clases distintas.

Y después de esta alvertencia
que al presente viene a pelo,
veré, señores, si puedo,
sigún mi escaso saber,
con claridá responder
cuál es el canto del cielo.

Los cielos lloran y cantan
hasta en el mayor silencio.
Lloran al cair el rocío,
cantan al silbar los vientos;
lloran cuando cain las aguas,
cantan cuando brama el trueno.

[Al oír eso,] Martín Fierro [cantó de contrapunto]:

Dios hizo al blanco y al negro
sin declarar los mejores;
les mandó iguales colores
bajo de una mesma cruz;
mas también hizo la luz
pa distinguir los colores.

Ansí ninguno se agravie,
no se trata de ofender;
a todo se ha de poner
el nombre con que se llama.
Y a naides le quita fama
lo que recibió al nacer.1

Así pone el dedo en la llaga de la discriminación racial el poeta argentino José Hernández en la segunda parte de su obra épica titulada La vuelta de Martín Fierro. Gracias a Dios nuestro Creador, tienen razón tanto El Moreno como Martín Fierro: Cuando Él nos creó, «no hizo dos clases distintas», sino que «hizo al blanco y al negro sin declarar los mejores», pues nos creó a todos iguales.2 ¡Ahora sólo hace falta que de corazón lo creamos universalmente en este siglo veintiuno!

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


1José Hernández, La vuelta de Martín Fierro, XXIX y XXX, en Poesía gauchesca (Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1977), pp. 352-58 <https://www.clacso.org.ar/biblioteca_ayacucho/detalle.php?id_libro=1618> En línea 20 julio 2023.
2Gn 1:26; 5:1; Nm 15:15; Job 33:6; Gá 3:28

Un Mensaje a la Conciencia

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