Después de sesenta y tres años de matrimonio
Imagen por Blakaï
(Víspera del Aniversario de la Refundación de El Deber)
«‘Papeyo’. Así llamaban amorosamente sus nietos y bisnietos a Pedro Rivero Mercado, un hombre que siempre luchó por mantener unida a su familia. La persona que le dio ese sobrenombre fue su segunda nieta, Alejandra Saucedo, pues cuando era pequeña no podía pronunciar Papá Pedro.»
Así comienza Carmela Delgado su artículo sobre la familia Rivero Jordán como parte de la Edición Especial de El Deber, Diario Mayor de Bolivia con sede en Santa Cruz de la Sierra, en homenaje a don Pedro Rivero Mercado después de su muerte el 13 de junio de 2016, habiendo él fungido como director durante los últimos cincuenta y un años.1
«Cuando todavía no había cumplido diecisiete años, [Pedro] conoció a María Rosa Jordán…, quien se convirtió en el amor de su vida y su inseparable compañera —continúa la periodista boliviana—. Se conocieron el 17 de agosto de 1948, cuando él fue invitado a festejar el cumpleaños de una amiga. Cinco días después, el 22 de agosto, cumpleaños de Rosita, le regaló unas gafas blancas, que [de ahí en adelante ella guardó] como un tesoro, porque forman parte del inicio de una historia de amor que perduró por más de sesenta años.
»Rosita no sólo guardó todos los regalos que le hizo su esposo, sino que [mantuvo] empastadas todas las publicaciones [hechas] sobre él, ella y su familia, además [de conservar] todas las extensas cartas que le escribía desde que él se marchó a Cochabamba por motivos de estudios.»2
En cuanto a los seis meses de separación en que él estuvo estudiando medicina allá en la Universidad San Simón, Rosa misma relata lo siguiente: «Me contó un colega [de Pedro] que a él nunca le importó leer los libros de anatomía. Lo que hacía era escribirme cartas. Yo recibía de Cochabamba cada semana tres cartas. Ya me daba vergüenza entrar al correo porque se reían de mí las personas que trabajaban ahí.»3
«La unión en matrimonio de Pedro y María Rosa Jordán Amelunge ocurrió el 21 de febrero de 1953, a sus veintidós años. Cada 21 de febrero era una fecha memorable para la familia Rivero Jordán, pues celebraban esa unión que hicieron con la bendición de Dios», afirma la periodista de El Deber.
De modo que no es de extrañarse que, con motivo de sus Bodas de Oro, dieran gracias a Dios por su amor; por sus hijos, nietos y bisnietos; por sus hermanos, amigos, compadres y allegados; y por haber consagrado su amor y haberles permitido disfrutarlo durante tantos años.4
Ni es de extrañarse que, cinco años después de sus Bodas de Diamante en el año 2013 y dos años después de la muerte de su amado esposo, Rosa rememorara con tanto cariño los poemas románticos que él le envió en aquellas cartas antes del matrimonio, que contenían versos como estos que le compuso en febrero de 1949:
Rosa,
. . . . . . . . . .
desde que he sentido
tu cálido aliento,
desde que alegraste
mi triste destino,
parece que sueño
con alegres vientos,
con luces de fiesta
mi nuevo camino,
con nubes que me alzan
en pos de la dicha,
¡la dicha inefable
de estar junto a vos!Tuyo para toda la vida,
Pedro5
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net
1 | Carmela Delgado, «Con amor y entrega cuidó y abrazó a los suyos», don Pedro (Edición Homenaje), Diario El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 13 junio 2016 <https://issuu.com/oscarparada5/docs/dr_pedro_0e033d26804528> En línea 10 septiembre 2021. |
2 | Ibíd. |
3 | «Rosa Jordán de Rivero, el alma de EL DEBER desde sus cimientos», Para Ellas, Diario El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 22 agosto 2018 <https://eldeber.com.bo/para-ellas/ rosa-jordan-de-rivero-el-alma-de-el-deberdesde-sus-cimientos_109691> En línea 10 septiembre 2021. |
4 | Carmela Delgado |
5 | Rosa Jordán de Rivero |