Hasta el final

Hay dos aspectos que quisiera compartir contigo en esta mañana y ambos se desprenden del mismo texto bíblico. La Palabra de hoy se encuentra en:
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el final, éste será salvo” (Mateo 10: 22 RVR1960).

Estas palabras fueron dichas por el Señor Jesús a los doce apóstoles para referirse a las persecuciones venideras. Cristo les dijo que iban a pasar cosas: los hombres los entregarán a los concilios, los azotarán, serán llevados ante gobernantes, etc. Pues bien, el primer aspecto es el aborrecimiento. ¿Crees que serás el primer cristiano a que aborrecen por causa del Señor Jesús? Es como si la historia se repitiera una y otra vez, porque siempre seremos aborrecidos por causa de Su nombre y quienes te aborrecerán primero serán los de tu casa. A este pueblo le falta quitarse el velo de la religiosidad porque aún pensamos en Jesús como religión. Hay costumbres con las cuales debemos romper, porque nos da vergüenza decir que somos EVANGÉLICOS, uy no, si digo eso nada que ver, mis amigos me dejarán, ¿y qué hay de mi familia? Pues en casa te dirán que estás loco, que eso de cambiar de religión qué es… Y si eres menor de edad te negarán  permiso para congregarte. Tus padres se levantarán y tratarán de persuadirte para que empieces la carrera. Conozco casos de personas a quienes le ha faltado ser radicales y decisivos. Piensan que ser evangélicos es romper con una tradición de religiosidad arraigada en sus casa. Cristo nunca habló de religiones, más el hombre sí lo hace todo el tiempo, ¿verdad? Católicos, Evangélicos, Protestantes… Pues, yo soy feliz y me gozo al decir que creo en Jesús. ¿Te avergüenzas tú del Señor Jesús? Si así fuera, mira lo que la Palabra dice,  “porque aquel que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria” (Lucas 9:26 RVR1960).

El segundo aspecto tiene que ver con perseverar. El versículo dice mas el que persevere hasta el final; éste será salvo, es decir somos muchos los que empezamos en esta carrera del evangelio, pero pocos la terminamos, lo cual es lo mismo que decir que muchos entran por la puerta ancha y pocos por la estrecha. Aún así, todos enfrentamos pruebas, tentaciones, adversidades, problemas, porque nunca faltarán los obstáculos que te hagan pensar en retirarte de la carrera, ¿cierto? Pero el Señor Jesús te dice que perseveres y no que abandones la carrera. La orden es ir hasta el final y ¿sabes por qué? Porque cuando alcances la meta SERÁS SALVO. La idea no es rendirse, en medio de la prueba hay que darlo todo sin importar que, aunque algunas veces, pareciera como si el enemigo estuviera ganando la batalla. Esta mañana el Señor te quiere decir algo importante: si ya empezaste la carrera, ¿qué esperas para terminarla? No dejes la carrera a medias, llega hasta la meta.

Hebreos 12:3 RVR1960 nos da una voz de aliento en este día, “considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” Antes de tú correr, ya Cristo Jesús había corrido la carrera, es por eso que debemos considerar por lo que tuvo que pasar para cobrar ánimo y no desmayar. Cuando el Señor Jesús cargó la cruz nunca pensó en tirar la toalla, por el contrario sabía que haciéndolo vencería. Sé un vencedor y juegatelas toda hasta el final por amor al Señor Jesús. No pienses en abandonar la carrera porque aquel que empezó la obra en ti la perfeccionará y la completará. Dios te bendiga y te guarde siempre. No olvides ser de bendición, comparte en este día este mensaje. 

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla

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