Imagen por RadamesM

Durante los 45 días en que la Selección Nacional de Fútbol de Bolivia estuvo alojada en un Centro de Alto Rendimiento en España en 1993, con la meta de clasificar al Mundial el año siguiente, los jugadores aprovechaban el limitado tiempo libre entreteniéndose con otros juegos y con una que otra broma. «“Recuerdo una vez [—cuenta Milton Melgar—] cuando [un muchacho que no era de la Selección le preguntó] a [Marco] Etcheverry cómo sacó un refresco de [la] máquina (de gaseosas). Marco le [dijo]: ‘Mete tu moneda y le pides el refresco que quieres.’

»”El muchacho… metió la moneda y pidió refresco. Al ver que no salía, [volvió y le dijo a Marco]: ‘No sale.’ Etcheverry, serio, le [dijo]: ‘Tienes que gritar.” Creo que gritó siete veces: ‘¡Coca Colaaa!’, y [el refresco] nunca salió. Se dio cuenta de la travesura cuando todos no dejaban de reír”, termina de contarle Milton a la periodista boliviana Ángela Carrasco en una entrevista que ella sostuvo con él y con sus compañeros de equipo Carlos Borja, William Ramallo y Luis Héctor Cristaldo en 2017.

»… Sin duda alguna, una de las anécdotas inolvidables para Ramallo [sucedió]… en el comedor…. “Había [deportistas] alemanes, chinos, japoneses, estadounidenses, italianos, argentinos, en fin, de todas partes del mundo, y Borja tenía la costumbre de lanzar bolitas hechas con miga de pan.” Claro, no faltó la gente que, ya molesta, devolvía la miguita. La miguita creció a motes, los motes a verduras, las verduras se convirtieron en papas, y al final volaba la comida de un lado para el otro, entre insultos y risas. “Era la guerra mundial de comida que casi nos cuesta la expulsión del lugar”, recuerda entre risas Ramallo….

»El 18 de julio la Selección comenzó a hacer historia en la… población venezolana de Puerto Ordaz —escribe la periodista boliviana—. Allí… comenzó… [una] racha de cinco triunfos consecutivos que nos enloquecieron a todos. Pero el partido no empezó como todos esperaban… o quizás sí. Es que al primer cuarto de hora Venezuela anotaba el primer gol… y en Bolivia ya se empezaban a escuchar los comentarios que se habían vuelto una fea costumbre: “¡Otra vez! ¡Qué equipo éste!” … Incluso, mucha gente llegó a apagar su televisor, seguros de que la Verde [nuevamente regresaría] derrotada. Pero…. para sorpresa de —casi— todos, Bolivia [derrotó] a Venezuela por 7 tantos contra 1.

»“Ese resultado causó euforia en el país…. Dejamos de lado la frase [de moda…]: ‘¡Jugamos como nunca y perdimos como siempre!’”, concluye Ramallo.»1

A esas alturas, el director técnico Azkargorta bien pudo haberle dicho a cada jugador de aquel equipo lo mismo que le dijo Jesucristo a la iglesia de Tiatira: «Yo… conozco tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia, y sé que ahora estás haciendo más que al principio.»2 Pero Azkargorta no tenía poder para decirles a sus discípulos bolivianos lo que Cristo dijo después, que sí se aplica a los que somos sus discípulos hoy: «A los que salgan vencedores y sigan hasta el fin haciendo lo que yo quiero que se haga… les daré poder sobre los países del mundo».3

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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