La primera vicepresidenta de una cámara legislativa

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Imagen por Sambaphi

(Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial)

El 15 de junio de 1945, en el Teatro Nacional de la Ciudad de Panamá, un grupo de cincuenta y un panameños, pertenecientes en su mayoría a las capas altas y medias del país, dio inicio a la Asamblea Nacional Constituyente, la segunda en la historia del país.

«La novedad era la participación de [dos] mujeres —puntualiza la escritora Mónica Guardia en un artículo publicado en el periódico La Estrella de Panamá en enero de 2019—…. Una era… miembro de una familia de reconocido prestigio e influencia en el país; la otra, una humilde maestra de treinta y cinco años, hija de padre afrodescendiente y madre indígena….

»[Es que] Gumercinda Páez no era una política ni mujer tradicional —explica la periodista panameña—. “A los quince años, huérfana de padre y madre, comencé la lucha por la vida”, recordaría [Páez] posteriormente en una entrevista….

»Desde muy joven… ella vio de cerca la discriminación, la pobreza [y] el racismo… [y] descubrió… que debía trabajar el doble para alcanzar cualquier objetivo que se trazara. Por eso… [acudió] en horario nocturno al Instituto Nacional, donde [obtuvo]… diplomas que la acreditaron como perito mercantil, bachiller en ciencias y maestra de enseñanza primaria… [y] logró… hacer tres años de estudios de derecho… y obtener en 1945 una licenciatura en Humanidades de la Universidad de Panamá….

»[Su popularidad se debió en parte a que escribió] obras de teatro para… sus alumnos… [que gustaron] tanto que, en una época en que todavía no se conocían las radionovelas, treinta y cuatro de sus dramas [se difundieron por] La Voz de Panamá y Radio Chocú, patrocinados por el Ministerio de Educación. El público se identificaba con los personajes, y encontraba en los desenlaces respuestas a sus inquietudes.

»Como delegada de la provincia de Panamá en la Asamblea Constituyente, Páez… defendió la creación de guarderías infantiles, el reconocimiento de la paternidad y el matrimonio de hecho; la igualdad de derechos de las mujeres en temas salariales, [y] apoyó la inclusión del fuero de maternidad en el código de trabajo…. Durante el tercer debate del proyecto de constitución… sus compañeros delegados… la eligieron vicepresidenta de la cámara. Era la primera vez que una mujer ocupaba esa posición, no sólo en Panamá sino en el mundo conocido.

»Aun así, en 1947, cuando viajó en representación de Panamá a Guatemala para presidir el Primer Congreso Interamericano de Mujeres, sufrió humillaciones por parte de las otras mujeres delegadas que veían con malos ojos la presencia de una afrodescendiente entre ellas —revela Mónica Guardia—…. Durante el congreso incluso un periódico guatemalteco publicó una caricatura en la que se burlaba del color de su piel.»1

Gracias a Dios, quien nos creó a todos iguales, cuando estamos en su presencia Él no nos ve con malos ojos a ninguno de nosotros, sea quien sea… con tal que nos acerquemos con corazón sincero y purificado de una conciencia culpable, limpia del pecado del racismo.2

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


1Mónica Guardia, «De maestra a constituyente por elección del pueblo», Periódico La Estrella de Panamá, 13 enero 2019 <https://www.laestrella.com.pa/nacional/ 190113/pueblo-maestra-eleccion-constituyente> En línea 17 octubre 2023.
2Gn 1:27; Gá 3:28; Heb 10:22

Un Mensaje a la Conciencia

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