¿Por qué es buena la tribulación?
Quizá al leer el título de esta reflexión, te preguntes qué de bueno hay en la tribulación, porque cuando pasamos por ella lo único que visualizamos en lo natural es un inmenso desierto que no sabemos cómo atravesar. Pero en lo sobrenatural hay mucho que el Señor desea darte y mucho qué tratar contigo. Cuando Israel salió de Egipto tuvo que soportar las inclementes condiciones climatológicas propias del desierto, el Señor hizo algo sobrenatural y les protegió todo el tiempo, Josué 1:5 – RVR1960 dice, “estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”, ¿qué te hace pensar que en medio de tu desierto Él no estará contigo? Así como estuvo con Israel en el desierto, asimismo estará contigo en esta prueba o tribulación o como quieras llamarle.
Hay cuatro cosas que solo podrás experimentar durante y después de la tribulación, lo que quiere decir que el primer requisito para acceder a ellas es: atravesar el desierto. Mira lo que dice la Palabra de Dios en 1 Pedro 5:10 – RVR1960: “mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a Su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. Estas son las cuatro cosas que podrás experimentar:
Número uno, PERFECCIÓN, la cual hace referencia a la madurez espiritual del hombre, incluida también la mujer. La madurez espiritual es un proceso que tarda toda la vida, no importa cuántos años pasemos en el evangelio, Dios seguirá tratando con nosotros y ese trato es el método por el cual logrará conseguir la perfección. Del mismo modo, 2 Timoteo 3:15-16 nos enseña que Las Escrituras son otro medio para alcanzar la perfección, ya que ellas nos ayudan a estar enteramente preparados para toda buena obra.
Número dos, AFIRMAR. ¿Qué sucede cuando un árbol no echa raíces hacia al fondo? Hay posibilidades de ser desprendido por cualquier ráfaga de viento que venga, ¿no es así? Lo mismo sucede con el creyente. La Palabra habla acerca de la parábola de Los Cimientos (Lucas 6:46-49 – RVR1960), y me impacta en gran manera el verso 48 que dice, “y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”, eso es lo que sucede cuando eres afirmado en la fe y en la Palabra de Dios, cuando vengan los fuertes vientos, la tormenta, el desierto o la tribulación, te mantendrás firme y nada podrá derribarte.
Número tres, SER FORTALECIDO. Salmos 46:1 – RVR1960 dice, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Estar en la presencia de Dios día tras día produce fortaleza, caso contrario sucede cuando estamos fuera de ella, porque produce debilidad y se pierde ese vallado de protección, dejándonos a merced de nuestro enemigo para que haga como quiere.
Y finalmente, número cuatro, SER ESTABLECIDO. ¿En qué lugares Dios desea ponerte en este año? ¿Qué puertas de bendición abrirá para ti? Cuando pasamos por toda clase de pruebas es porque es tiempo de ser promovidos, pero antes de la promoción viene la preparación para así ocupar los lugares en los que Jehová Dios desea ubicarte. José fue segundo en Egipto, Daniel fue consejero del rey y ese mismo Dios “te pondrá por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo” (Deuteronomio 28:13 – RVR1960). Dios te bendiga sobreabundantemente hoy y siempre, deseando que esas puertas de bendición que dijo que abriría para ti serán abiertas en Su tiempo y verás Su gloria actuar a tu favor. No olvides ser de bendición para otros, comparte.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla