«¡Salve, oh Patria!»
Imagen por Tycho’s Nose
(Día del Himno Nacional del Ecuador)
(Himno cantado por Carlos Rey en audio y en video)
En 1830, al crearse la República del Ecuador, su primer presidente, el General Juan José Flores, le encargó al poeta y prócer de la independencia de Guayaquil, José Joaquín de Olmedo, que escribiera la letra para una Canción Nacional. Pero ni los versos patrióticos que compuso Olmedo, ni la letra que en su defecto escribió en 1838 el General Flores mismo, fueron aceptados por el pueblo ecuatoriano. De ahí que en 1865 el presidente del Senado, doctor Nicolás Espinoza Rivadeneira, le pidiera al poeta ambateño Juan León Mera Martínez, uno de los fundadores de la Academia Ecuatoriana de la Lengua que fungía entonces como el secretario del Senado, que escribiera una nueva letra con ese propósito.
Mera aceptó el reto. Escribió la letra en una sola noche, la del 15 de noviembre de ese año, y sus versos recibieron la aprobación unánime del Congreso.1 Posteriormente se le pidió al reconocido músico de origen francés Antonio Neumane Marno que compusiera la melodía. Neumane se había radicado en Guayaquil y consideraba al Ecuador como su patria adoptiva.2
Fue así como en 1869 el Congreso Nacional llegó a aprobar las partituras de Neumane como la música del Himno Nacional del Ecuador. Pero su estreno no fue sino hasta el 10 de agosto de 1870, en la Plaza de la Independencia de Quito, con la dirección del maestro Neumane mismo.
He aquí el coro y la segunda estrofa como se cantan en la actualidad:
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
//gloria a ti!// Ya tu pecho, tu pecho rebosa
gozo y paz, ya tu pecho rebosa;
//y tu frente, tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.//Los primeros, los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora,
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito, el mundo
vio en tu torno ///a millares surgir.///
Gracias a Dios, Él «miró y aceptó el holocausto», es decir, el sacrificio de aquellos «hijos del suelo» ecuatoriano que «vertieron su sangre» por la patria, a la que el autor de la letra del himno tutea como a una madre querida. Ahora sólo falta que los descendientes de esos héroes acepten el glorioso sacrificio supremo que Dios mismo hizo a fin de que cada uno de nosotros disfrute del gozo indescriptible y de la paz sublime que rebosan de su pecho divino.3
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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1 | Galo Román S., Ecuador: Nación soberana (Quito: Editorial Voluntad, 1976), p. 166, citado en Efrén Avilés Pino, «Himno Nacional del Ecuador», Enciclopedia del Ecuador, Historia del Ecuador <http://www.enciclopediadelecuador.com/historia-del-ecuador/himno-nacional-del-ecuador> En línea 15 julio 2020. |
2 | Rodolfo Pérez Pimentel, «Antonio Neumane Marno», Diccionario Biográfico del Ecuador <http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo7/n2.htm> En línea 15 julio 2020. |
3 | Jn 14:27; 16:24; Gá 5:22; Fil 4:6-9; 1P 1:8-9 |