SIN CRISTO NO HAY SALVACION

Sin Cristo no hay salvación

Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: -Este es el camino; síguelo-(Isaías 30:21).

¿CÓMO ENFRENTAMOS HOY LOS PROBLEMAS que trataron Pablo y Santiago? Pablo obviamente atacaba creencias legalistas. El que pretenda salvarse o que crea que la salvación se obtiene en forma total o parcial por la realización de buenas obras, cae en una religión basada en el mérito, dice Pablo. La religión del mérito es todavía muy común en nuestros días. De hecho, es la religión que agrada más al ser humano. En el mundo de hoy, con su énfasis antropocéntrico que hace del hombre el centro del universo, la religión basada en el mérito propio es la religión popular.
Las declaraciones de Santiago acerca de una fe vacía que no lleva ningún fruto y no está apoyada por las obras correspondientes, no parece ser el problema de la religión de nuestros días. Sin embargo, si las declaraciones de Santiago se refieren a lo que comúnmente se llama “antinomianismo”, el desprecio a la observancia de los mandamientos de Dios, pretenden a su vez tener fe. Eso sí está más representado en las religiones cristianas populares de nuestros días, y recibe un golpe certero del apóstol.
Pero la declaración de Santiago de que la fe sin obras está muerta, nos hace pensar también en algo que es bastante común en nuestros días, y que es lo opuesto de su declaración: “Las obras sin fe de nada sirven”. Esto, por supuesto, Santiago no lo desarrolla, porque no era problema en su comunidad. Pero es una inferencia que se puede deducir de sus declaraciones. Sabemos que hay millones de personas que no fuman, no beben, son vegetarianos estrictos, humanistas consumados, honestos y buenos vecinos, pero no quieren saber nada de la salvación que Cristo les ofrece. Tienen muy buenas obras, pero sin Cristo. Tanto Pablo como Santiago dirían: De nada sirve. Fuera de Cristo no hay salvación.

Que Dios te bendiga, oramos por ti!

Mayo, 05 2010

Vivir sin ley

¿No les ha dado Moisés la ley a ustedes? Sin embargo, ninguno de ustedes la cumple (Juan 7: 19).

OTRO DE LOS GRANDES RIESGOS en el que se incurre durante la proclamación del evangelio, es el así llamado “antinomianismo”. ¿Qué es el “antinomianismo”? En forma simple, es despreciar los mandamientos de Dios en aras de la fe. Este riesgo lo corren quienes enfatizan mucho la doctrina de la justificación por la fe. A tal grado que se van al extremo opuesto del legalismo. Este y el antinomianismo son posiciones extremistas de la proclama del evangelio. Pareciera que no es fácil mantenerse en el centro. Los seres humanos tendemos a irnos a un extremo o al otro. Cuando queremos combatir un error extremo, inconscientemente nos vamos al límite opuesto. Así sucede con los predicadores que tratan de combatir el legalismo. Si no se cuidan, desembocan en el desprecio de las buenas obras.
Básicamente, el antinomiamsmo dice: Cree en Cristo y vive como quieras. Es Justo decir que esta declaración encierra algo de verdad. Puede haber un momento en el desarrollo de la vida espiritual que algunos de nuestros deseos, gustos y ambiciones coincidan con los de Dios. El Espíritu de Dios que trabaja en la mente del cristiano, lo va transformando a la semejanza divina. Entonces, tener fe en Dios y vivir como uno quiere, teniendo este nuevo querer implantado por el Espíritu Santo, puede reflejar esa nueva realidad. Pero encierra el engaño sutil de que se puede llegar al punto de creer que todos nuestros deseos, gustos y pasiones coincidan con los de Dios. Esto no es verdad, ya que no importa cuánto tiempo seamos cristianos, queremos cosas que no están en armonía con la voluntad de Dios. A pesar de todo, tenemos que decir «Señor, hágase tú voluntad y no la nuestra». En este mundo nunca podremos llegar al punto donde nuestra voluntad coincida plenamente con la voluntad de Dios. Esto será una realidad en la tierra nueva, cuando Dios desarraigue el mal de nuestra vida. En este mundo tenemos que luchar y ser vigilantes. No podemos vivir como queramos. Hay que procurar la voluntad de Dios.

Que Dios te bendiga, oramos por ti!

Mayo, 06 2010

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