«Sufro porque no hay un término feliz»

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Imagen por nmahieu

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Soy una joven soltera, con más de treinta años…. He tenido algunas relaciones de noviazgo, pero con ninguno he formalizado para casarme. Yo anhelo tener mi hogar, mis hijos, pero aún no se ha dado la oportunidad. Me he enamorado muchas veces, y siempre sufro porque no hay un término feliz. Me he preguntado si hay algo mal en mí. Mis amigos consideran que soy una excelente persona, pero a veces no comprendo por qué aún no me he casado. No quiero hacerlo si no es la voluntad de Dios, porque no quiero ser infeliz; pero a veces me desespero viendo cómo mis amigas se casan y yo no. ¿Cuál es su consejo, Linda?»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»… Si lee nuestros “Casos de la semana” con regularidad, entonces habrá notado cuántas mujeres se arrepienten de la decisión que tomaron de casarse, o se arrepienten de haber elegido a la persona con la que se casaron. Lamentablemente, muchas veces tenían tanto temor de quedarse solteras que estaban dispuestas a proceder con una boda a pesar de tener muchas dudas e inquietudes respecto al hombre con quien se estaban casando. Ellas no vacilarían en decirle que el tener un matrimonio infeliz o sin amor es mil veces peor que nunca haberse casado, y que el tener a un esposo desapasionado o infiel puede hacer que se sienta mucho más insatisfecha que ahora.

»También me alegro de que comprenda que la meta más importante que pueda tener es la voluntad de Dios para usted. Cuando uno confía en Dios, tiene la confianza de que Él se encargará del futuro….

»¿Entonces qué puede hacer? En primer lugar, emplee de una manera productiva el tiempo que tiene como soltera. Si no ha estudiado o no ha hecho una carrera que la satisfaga, vuelva a cursar estudios. Esfuércese por prepararse en una carrera que la haga feliz. En segundo lugar, invierta el amor que tiene en personas que no tienen casi nada. Done su tiempo como voluntaria en un hogar para huérfanos o en un albergue para mujeres y niños víctimas de abuso. Muéstrele amor todos los días a alguien que lo necesita. Concentre sus esfuerzos en las relaciones humanas que ha cultivado, y no en las que no tiene. Y si cuenta con los recursos económicos necesarios, bien pudiera aun considerar la adopción de un niño conforme a lo que las leyes de su país permiten.

»El volver a cursar estudios y donar su tiempo ensanchará el círculo social dentro del cual pudiera llegar a conocer a hombres solteros. Sin embargo, no manipule usted la situación, sino permita que se encargue Dios…. Si conoce la historia de Sara y Abraham en la Biblia, recordará que a Sara, en su esfuerzo por tener un hijo, el manipular a Abraham no le produjo más que angustia.1 ¡Cuántos problemas se habría evitado si hubiera esperado con paciencia el momento oportuno de Dios! No cometa usted el mismo error que cometió Sara.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 405.

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


1Gn 16-21

Un Mensaje a la Conciencia

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