«Un hombre me drogó y me violó»

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Imagen por barbourians

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Hace poco más de un año, un hombre de sesenta y cinco años que ya conocía me invitó a un café, y pensé que era un gesto de amistad…. [Pero] cuando íbamos caminando hacia la cafetería, me tomó a la fuerza y me metió en su auto…. Me llevó a su casa…, donde me drogó y me violó….

Ante esta situación, lo denuncié…. Pero he recibido llamadas insultándome y diciendo que yo soy la culpable de todo. No sé qué hacer: si retirar la denuncia y perdonar a este hombre, o continuar con el procedimiento y esperar que se haga justicia.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»¡Cuánto sentimos lo que usted sufrió! Su caso es aterrador para toda mujer. Gracias a Dios, el violador no le quitó también la vida.

»Él no la mató porque pensaba que usted no le iba a decir a nadie lo que le sucedió. Eso sin duda se debe a que muchas mujeres sienten tanta vergüenza por lo que les ocurrió que no lo denuncian. ¡Pero usted no tiene nada de que avergonzarse! Usted no hizo nada malo. Este fue un delito perpetrado en contra suya, ¡y usted no tiene la culpa!

»Comprendemos que las llamadas telefónicas son perturbadoras. Y podemos ver por qué está atemorizada, considerando retirar la denuncia. ¡Pero le rogamos que no la retire! ¡No deje que este hombre salga impune luego de haberla violado! …

»Los sistemas judiciales de muchos países hacen que sea sumamente difícil que se ejerza justicia en los casos de víctimas de violación sexual. Muchas de las autoridades las tratan tan mal que las víctimas creen que no vale la pena denunciar al violador….

»La Biblia cuenta un caso de violación sexual que encierra lecciones para todos. La víctima de la violación era Tamar, la hija del rey David. En vez de ocultar lo que sufrió, ella se echó ceniza en la cabeza y se rasgó el vestido que llevaba puesto, llorando a gritos por todo el camino de vuelta a su casa. Esa fue su manera de demostrar que un terrible delito se había cometido contra ella. Fue tan obvio para su hermano que, cuando le pidió a ella que confirmara que el perpetrador había sido el hombre de quien él sospechaba, no hubo ninguna razón para que ella dejara de divulgarlo. Ella sabía que no era la culpable.1

»Nosotros creemos que lo que más le conviene a usted es contar su caso y nombrar al violador. En definitiva, usted hizo lo correcto con el primer paso de informar a las autoridades y denunciar al violador. Pero ahora, lo mismo que si hubiera sido víctima de cualquier otro tipo de delito, no lo mantenga en secreto. Cuantas más personas estén enteradas de su caso, mayor será la seguridad de la que disfruten usted y otras mujeres inocentes.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 759.

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


12S 13:1-20

Un Mensaje a la Conciencia

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