¡GRACIAS! PADRE
¡Gracias a Dios por su don inefable!
Aclamad con júbilo al Señor, toda la tierra. Servid al Señor con alegría;
venid ante El con cánticos de júbilo. Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre.
El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?
Todavía le quedaba uno, un hijo amado; y les envió a este último.
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
II Co. 9:15 Sal.100:1,2,4 Is. 9:6,7 Ro. 8:32 Mr. 12:6 Sal.107:21; 103:1 Lc. 1:46,47