HE AQUI EL VIENE PARA SALVATE
No quebrará la caña cascada.
Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.
Sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos. Porque no contenderé para siempre, ni siempre estaré enojado, pues el espíritu desfallecería ante mí, y el aliento de los que yo he creado.
Buscaré la perdida, haré volver la descarriada, vendaré la perniquebrada y fortaleceré la enferma.
Por tanto, fortaleced las manos débiles y las rodillas que flaquean, y haced sendas derechas para vuestros pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane.
He aquí, vuestro Dios… vendrá… y os salvará.
Mt. 12:20 Sal.51:17; 147:3 Is.57:15,16 Eze.34:16 Heb.12:12,13 Is.35:4