LA DISCIPLINA DEL SEÑOR

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¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?

Yo sé, Señor, que tus juicios son justos,  y que en tu fidelidad me has afligido.

Mas ahora, oh Señor, tú eres nuestro Padre,nosotros el barro, y tú nuestro alfarero;  obra de tus manos somos todos nosotros.

El Señor es; que haga lo que bien le parezca.

Justo eres tú, oh Señor, cuando a ti presento mi causa; en verdad asuntos de justicia voy a discutir contigo.
El se sentará como fundidor y purificador de plata.

Porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo él que recibe por hijo

Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor.

 Aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció;

 Antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.

 Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.

Job 2:10   Sal 119:75   Is. 64:8   I S. 3:18   Jer. 12:1   Mal. 3:3   Heb. 12:6   Mt. 10:25   Heb. 5:8   I P. 4:13   Ap. 7:14

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