SIEMPRE HAY UNA SALIDA

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¡Quién me diera alas como de paloma!
Volaría y hallaría reposo.

Y sucedió que al salir el sol, dispuso Dios un sofocante viento solano, y el sol hirió la cabeza de Jonás y él desfallecía, y deseaba con toda su alma morir, diciendo: Mejor me es la muerte que la vida.

Y Job dijo:¿Por qué se da luz al que sufre, y vida al amargado de alma; a los que ansían la muerte, pero no llega, y cavan por ella más que por tesoros;

 Muchas son las aflicciones del justo,  pero de todas ellas lo libra el Señor.

Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”? Pero para esto he llegado a esta hora.

Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.

Pues por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Sal. 55:6   Jon. 4:8   Job 3:2,20,21   Sal. 34:19   Jn. 12:27   Heb. 2:17,18

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