UN PUEBLO SANTIFICADO
La seduciré y la llevaré al desierto,
y le hablaré al corazón.
Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor; y no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré.
Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Así pues, salgamos a Él fuera del campamento, llevando su oprobio.
Y Él les dijo: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce.
El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.
Hos. 2:14 II Co. 6:17,18; 7:1 Heb. 13:12,13 Mr. 6:31 Sal. 23:1-3
Mi “AMADO SENOR” te amo y te agradezco por tanto amor que me das y que me permites otro year mas de vida y quiero dedicartelo a ti porque eres el unico que merece honra y gloria.
Gracias mi se~or Jesús por ayudarme a seguir adelante cubierto y bendecido por ti mi amado padre, por rescatarme y darme vida eterna amen