BEBE DE EL
He aquí, hirió la roca y brotaron aguas,
y torrentes se desbordaron.
Nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron por el mar; y en Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.
Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua.
El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados.
No queréis venir a mí para que tengáis vida.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.
Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
El que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida.
Sal. 78:20 I Co. 10:1-4 Jn. 19:34 Is. 53:5 Jn. 5:40 Jer. 2:13 Jn. 7:37 Ap. 22:17