EL TIEMPO ES CORTO

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 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece; cuando el viento pasa sobre ella,
deja de ser, y su lugar ya no la reconoce.

Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,  que traigamos al corazón sabiduría.

¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?

En verdad el pueblo es hierba. Sécase la hierba, marchítase la flor,
mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
He aquí, ahora es el tiempo propicio; he aquí, ahora es el día de salvación.

y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.

Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.

Sal. 103:15, 16;  90:12   Mr. 8:36   Is. 40:7,8   I Jn. 2:17   II Co. 6:2  I Co. 7:31   He. 10:24, 25

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