Es el deseo de Dios hacerse conocer. Le place revelarse a Sí mismo a aquellos que lo buscan y realmente quieren conocerle y tener una relación íntima con Él.
Dios se esconde – como un tesoro escondido – pero le encanta ser encontrado porque después de una búsqueda larga, el gozo del encuentro es mucho mayor. Y cuando has encontrado a tu Amado en esa relación estrecha y única, no soltarás lo que te costó tanto obtener. Es tu tesoro y nadie te lo puede arrebatar; es tuyo para siempre.
Este libro tiene como fin alentarte a conocer más a Dios.
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