PORQUE ORAS?
El nombre Dios
Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: «¿Cuál es tu nombre para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?» Y el ángel le respondió: «¿Porqué preguntas por mi nombre, que es admirable?» Jueces 13:17, 18Manoa preguntó por el nombre del ángel porque pensaba que era un profeta. Deseaba saber de qué tribu era. Quizá para llamar al niño como él. O para recomendarlo a otros que también necesitaban instrucción y consejo divino. También deseaba honrarlo, quizá enviándole un presente, un regalo, lo cual se hacía con toda persona importante. Es posible que también deseara devolverle la visita.
Pero el ángel se negó a satisfacer su curiosidad. Recordemos que cuando Jacob le hizo la pregunta al mismo ángel, este le respondió: «¿Por qué me preguntas por mi nombre?» (Gen. 32: 29). Recordemos que cuando Jacob comprendió que con quien había estado luchando era un visitante celestial, le preguntó su nombre, pero el ángel no se lo dijo. Pero a Manoa le dijo por qué no se lo decía: «Porque es maravilloso». Otra versión dice: «Porque es secreto». La pregunta de Manoa era honesta y sincera. No obstante, el ángel no le contestó. Cuando pidió instrucciones para cumplir su deber, no se le negó la información. Pero cuando preguntó para satisfacer su curiosidad, se le negó la respuesta.
La razón por la cual Dios no revela su nombre es porque es incomprensible para el hombre. «La palabra hebrea peli es un adjetivo que significa “maravilloso”. La forma sustantivada de la misma palabra se traduce “admirable” en Isaías 9: 6. La palabra indica algo extraordinario, inefable, que está más allá de la comprensión humana. La mejor ilustración del significado de esta palabra se encuentra en la forma como se usa en Salmo 139: 6: “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”. Otra forma de la misma palabra es la que aparece en Job 42: 3: “Cosas demasiado maravillosas para mí». Manoa no era capaz de comprender el nombre del ángel Y es que el “ángel” era Dios, era Cristo.
La palabra hebrea peli también significa milagro. Eso explica más todavía a Dios. Su nombre es milagro. Jesús siempre fue admirable y milagroso. Todavía sigue siendo milagroso. Cada día obra en nuestro favor para salvarnos, sustentarnos y prepararnos para vivir con él por la eternidad. No podemos comprender el nombre de Dios. Nadie lo conocerá perfectamente ni siquiera en la eternidad, porque conocer el nombre es conocer perfectamente a quien lo lleva.
Preparémonos para conocerlo en todo lo que sea posible, ahora y en la eternidad.
¿Por que oras?
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos». Lucas 11:1 ¿Qué esperaba hacer con la oración el discípulo que le pidió a Jesús que le enseñara a orar? Puede ser que la razón sea la de Jaimito, que habló así con su pastor: — ¿Oras de noche, hijito? —le preguntó el pastor. —Sí, señor —repuso Jaimito.
—¿Y también lo haces por la mañana? —volvió a preguntar el pastor.
—No, señor —dijo Jaimito—. De día no tengo miedo.
La actitud de algunos cristianos puede ser muy parecida. La oración es un recurso muy útil cuando tenemos miedo, cuando estamos afligidos, cuando estamos pasando por una crisis. En broma se dice que quien pasa por un grave peligro en un vuelo transcontinental, llega al aeropuerto “santificado”, porque se supone que oró mucho, se consagró de nuevo a Dios y renovó todos sus votos de lealtad. Pero nadie dice nada cuando el vuelo no tiene contratiempos. Se supone que el viajero no oró mucho, no se consagró, no renovó sus votos, porque no tuvo temor.
Cuan cierto es que oramos más cuando estamos en peligro de perder la vida, o de cualquier otro trance que cause preocupación. Oramos más cuando tenemos problemas de cualquier tipo. Oramos más cuando entramos a una crisis de salud, familiar, matrimonial o financiera. Oramos porque sentimos la necesidad de ayuda. Oramos porque necesitamos la intervención del poder y la providencia de Dios. Cuan parecida es nuestra actitud a la de Jaimito.
Otras veces oramos para hablar a Dios de nuestros problemas, carencias, necesidades y deseos, y para pedirle que nos ayude. Por ello, nuestras oraciones no son mucho más que una lista necesidades y peticiones. Pero Dios no necesita que le informemos de nuestros problemas. Él los conoce todos mejor que nosotros mismos. Se preocupa más por lo que nos preocupa que nosotros mismos. Está más interesado en nuestro bienestar que nosotros mismos. Dios mismo dijo: «Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído» (Isa. 65: 24). Verdaderamente esta declaración divina es una joya para los cristianos. Nos asegura que Dios no necesita que lo convenzamos con grandes clamores y largas y convincentes oraciones. ¿La razón? Porque él sabe todo lo que nos pasa, y, por su inmenso amor, se adelanta a nuestras necesidades.
Entonces, ¿por qué oramos? La respuesta es sencilla: Oramos porque deseamos estar en comunión con él.Dios te bendiga; es mi deseo y oración,Marzo, 09 2009¡El Dios al que yo sirvo esta aquí!Si tienes un pedido de oración envíalo a cieloestrellaazul@hotmail.com Oramos por ti.