Servir con diligencia
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 2 Pedro 3:14.
Cada día Dios nos confía un trabajo y una serie de responsabilidades que es nuestro privilegio realizar con alegría.
Creo que estarás totalmente de acuerdo conmigo en que el Señor premia a todos aquellos que son diligentes a la hora de llevar con eficiencia la carga que la vida les ha dado.
Existe un animalito que no podemos dejar de admirar por su perseverancia, su diligencia y su productividad: Las abejas. Las abejas obreras, que son la mayoría, no viven más de 50 días, tiempo en el cual cada una produce unos 25 gramos de miel. Ahora intenta imaginar que estás llenando un recipiente de un litro. ¿Cuántas abejas necesitaríamos?
Según los cálculos de los expertos, para producir medio litro de miel las abejas obreras hacen 2.700.000 viajes de flor en flor y recorren 8.000.000 de kilómetros. En la estructura social de la colmena, aparte de las ovejas obreras y de la reina, que es la única que pone huevos, están también los zánganos. Aunque su misión es otra, ellos no se gastan trabajando, y viven, en realidad, del trabajo ajeno.
En los seres humanos también encontramos esta característica. Es como si en la vida hubiese dos grupos de personas. Por un lado tenemos a aquellos que se sienten felices produciendo la miel de las buenas acciones; ellos endulzan el mundo y se sienten dichosos de hacerlo. Por otro lado están los que prefieren vivir más tranquilos y descansados, aparentemente menos ocupados y cuya existencia parece más placentera; muchos de ellos, para su desgracia, acaban descubriendo que su vida carece de significado.
Tus deberes pueden ser variadísimos: lavar, planchar, cocinar, enseñar, limpiar, dirigir, administrar u organizar. Lo importante no es la labor concreta que realices, sino la diligencia y la eficiencia con las que la acometas, haciéndolo todo como si lo hiciesen para el Señor.
Siente y muestra alegría al cumplir tu deber, sin emitir quejas o expresiones de desagrado. Dios estará presto a recompensar tu fidelidad en lo poco. Si has sido fiel sobre poco, sobre mucho te pondré.
Devocional extraído de la página DevocionalesCristianos
NO QUIERO SER UN ZANGANO… LO QUE ME QUEDE DE VIDA QUIERO TRABAJAR PARA QUE OTROS DISFRUTEN LA MIEL DE LA PALABRA DE DIOS