DIOS ESCUCHA NUESTRO CLAMOR

Invócame en el día de la angustia: yo te libraré y tú me honrarás.

¿Por qué voy a inquietarme?  ¿Porqué me voy a angustiar?  En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré.

¡El es mi Salvador y mi Dios!

Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les Infundes aliento y atiendes a su clamor.
Tú, Señor eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.

Entonces Jacob dijo a su familia…Vámonos a Betel. Allí  construiré un altar al Dios que me socorrió cuando estaba yo en peligro, y que me ha acompañado en mi camino.
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.

Yo amor al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida. Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. Entonces clamé al Señor: “¡Te ruego, Señor que me salves la vida!”

 

Salmo 50:15    Sal.42:11    Sal.10:17    Sal.86:5    Gn.35:2,3    Sal.103,2    Sal.116:1-4

 


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