EN CRISTO TIENES VIDA
Considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
Yo, por mi parte, mediante la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios.2 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
Y porque yo vivo, también ustedes vivirán.
Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios… pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.
Ro. 6:11 Jn.5:24 Gal.2:19,20 Jn.14:19; 10:28-30 Col. 3:1,3
Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida esta en su hijo; Cristo Jesús.
Cuan bello es ser la hija del Rey presiosos son tus caminos, endereza nuestro pasos hacia tu perfeccion…. t amo JESUS!!!!!
pasando para agracelos mis amados hermanos por las mensages invitadas a mi y por la atención con esta pequeña sierva del seños, dios los bendiga grandimente y por siempre más, estoy mucho feliz con vosotros, bendiciones la todos, dejó una pequeña palabra de mi padre como gratitude por lo que nos hacen, amén.
Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
(Rev 7:10 RV60)
y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
(Rev 12:10 RV60)
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
(Rev 19:1 RV60)
Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro