¿Banca o titular?

Ahora que el fútbol está tan de moda, todos conocemos los términos banca y titular, ¿no es así? Recuerdo que cuando chico no me gustaba estar calentando la banca. Más bien, me gustaba esforzarme por llegar a la titular del equipo. Y es que siendo titulares somos partícipes de toda la acción y no somos meros espectadores. ¿Sabías que en la iglesia de Cristo vemos esta misma condición? Hay personas que están en la banca mientras que otros son titulares. ¿Será que todos podemos ser titulares?
La iglesia requiere que todos seamos titulares porque este es el único equipo que no tiene banca, ¿sabes por qué?
Número uno: La Gran Comisión
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:19-20 RVR1960). La Gran Comisión es el más claro ejemplo de un equipo que no tiene banca, sino de titulares. Es nuestra responsabilidad y nuestra misión hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles todo lo que Cristo desea. No obstante, hay muchas personas dentro de la iglesia que deciden estar en la banca, y mi punto no es señalar, sino por el contrario, exhortarles a servir, porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir (Marcos 10:45 RVR1960).
Número dos: hacer la voluntad del Padre
En Juan 4:34 RVR1960, el Señor Jesús les dijo: mi comida es que haga la VOLUNTAD del que me envió, y que acabe su obra. ¿Sabes a cuál voluntad se refiere? ¿Cuál es la obra? En este versículo hay una condición bien importante para cualquier discípulo: la obediencia. Y es que, cuando se está en obediencia hacemos la voluntad del Padre sin cuestionamientos y nuestra misión es cumplir con la obra, es decir con el propósito por el cual somos escogidos y llamados.
No sé en cuál de las dos condiciones te encuentres, banca o titular, la Palabra nos enseña algo distinto y es que no hay banca en este equipo, sino muchos titulares. Dios te bendiga sobreabundantemente en este hermoso día. Espero que esta devocional haya tocado tu corazón y espíritu así como lo ha hecho conmigo. No olvides ser de bendición y compartir con otras personas.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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