Bebes del desierto
“En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel.
Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel..
Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circundidados; más todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado.
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó…
Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron.
Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto, por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal hata hoy.” Josué 5.2-9
Todos nacemos con un propósito determinado.
Pero a veces no logramos superar nuestro difícil origen, y damos vueltas en el desierto por años, cargando nuestras cadenas, y sin tomar, lo que debemos.
De una u otra manera, todos venimos de pasados con problemas.
Somos sobrevivientes . Bebés del desierto.
La generación de israelitas que vió el tremendo milagro de poder dejar la tierra de esclavitud, y ver abrirse el mar, pereció en el desierto, porque dejó sus cadenas, pero la esclavitud jamás salió de su corazón.
Eran libres, pero no pudieron tener una mente libre, por eso, Dios no pudo darles la tierra prometida. Y todos ellos, murieron en el desierto.
Más en medio del desierto, Dios engendró vida, una nueva generación vió la luz ¡en el desierto!. Esos bebés del desierto, eran preparados por Dios, para poder tomar su propósito, y heredar la tierra prometida.
Todos nacemos con un propósito, pero para poder tomarlo, necesitamos dejar que Dios forme carácter en nosotros. Y para que lo forme, debemos dejar que venga Josué con su navaja afilada, y corte, la carne en nosotros.
Los bebés del desierto fueron circuncidados, para prepararlos para lo que vendría.
Ese era el tiempo de ellos. A Dios no le importaba que hubieran nacido en las peores condiciones, al contrario, Dios usó esa condición , para formar en ellos el carácter necesario, para lo que luego harían.
La carne que se cortó en ellos es un símbolo de libertad de las ataduras terrenales, aprendieron a depender tan solo de Dios.
Luego, reposaron en Gilgal hasta que sanaron.
Cuando el Señor opera en nosotros la carne, y manda su Josue a cortarla, no vayas de inmediato a la batalla, quedate en Gilgal, y reposa, hasta que Dios te sane.
Luego estarás listo, para la guerra.
Porque cuando Dios corta la carne, duele su navaja afilada. Deja que Dios te sane.
“Y quitó de ellos el oprobio”
Al ser cortada la carne, el caracter empezaba a formarse, estaban listos.
Es fácil deducir de la historia de Moisés, que se precisa carácter, para tomar el propósito de la vida, carácter para decidir, para decir “nunca más, permitiré esto desde hoy”.
Dios se tomó 87 años… para formar el carácter de Moises y convertirlo en lo que El deseaba.
Moisés nació como un bebé del desierto, fué abandonado en las aguas del Nilo. Y el Nilo no era como te lo muestran en las pinturas. Era un río infestado de cocodrilos, y lleno de barcos. ¿Dejarías a tu niño ahi?
Pero Dios tenía propósito para esa vida, y Moises fue rescatado y llevado a la hija de Faraón, y criado como su hijo.
Dios, aún tenía cosas mayores para El,. asi que se tomó 87 años de desiertos y cambios, para formar un caracter tal, que cuando entro a ver a Faraón, no habia debilidad ni baja estima en él, sino que con voz potente y arrolladora autoridad se paró frente a Faraón y dijo
“Jehová el Dios de Israel, dice así: ¡DEJA IR A MI PUEBLO!”. Exodo 5.1
El efecto de ese carácter formado en los desiertos de Dios, dió a luz la liberación del pueblo de Dios.
La generación que nació en el desierto, dejó que Dios formara su carácter, y tomaron la tierra prometida.
– Pr. Jorge Lozano, Cristo para las Naciones Córdoba, 27/09/09-
Nota de Edith: Espero que este bosquejo de la prédica del domingo, nos lleve a todos a no volver a quejarnos por nuestros pasados, sino seamos conscientes, que Dios, nos ha permitido nacer en el desierto, y nos permite ahora, pasar por determinadas tribulaciones a fín de que nuestro carácter eterno sea formado y alcanzemos cada uno, el propósito por el que fuimos creados.
Hay una ley que yo llamo “ley del impulso” los que poco caen en la vida, poco suben. Pero aquellos que hemos tocado fondo, tenemos la oportunidad de hacer pié en el fondo, y darnos impulso para salir, mucho más arriba, de lo que nunca estuvimos.
Si fuiste un bebé del desierto, si la carne que Dios ha cortado de tí, duele, hoy, entiendes porque. Hay gloria esperando por tí.
Si has tocado fondo, solo pega esa patada, y usa el impulso, para ir arriba.
En las manos de Dios, todo, lo puedes.
Reflexión estraída del sitio http://bahiaesperanza.blogspot.com/