LA FACULTAD DE DECIDIR

La facultad de decidir

Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir […]. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor (Josué 24: 15).

MUCHOS SE PREGUNTAN SI DIOS es Todopoderoso e infinitamente sabio, ¿por qué hay personas que se apartan de él? ¿Por qué Dios pierde en la lucha por el corazón de tanta gente que le da la espalda? ¿Por qué hay tantas personas que no quieren saber nada de Dios? ¿Por qué Dios no usa su poder y sabiduría para ganarlas? Si nadie puede arrebatarle las ovejas a Cristo, ¿por qué Judas se perdió?
Una cosa debemos recordar con claridad: Todo el poder del universo se vuelve impotente ante la negativa de seguir a Dios El Creador le dio a los seres humanos un don precioso: El libre albedrio, que nos hace ser semejantes a él. Dios se comprometió a no violar esa libertad de elegir y escoger. Por eso no fuerza la voluntad ni obliga a las personas a seguirle. El Señor invita, llama, suplica, pero hasta allí. Cuando el ser humano reúsa aceptar el llamado de Dios, cae bajo el poder del reino de las tinieblas, y él no se opone a la voluntad de las personas. Es increíble, pero el poder más grande del universo se vuelve impotente ante el don de la libertad. Eso no significa que Dios pierda su poder o hegemonía, sino que acepta la decisión personal y no manipula la conciencia humana. Después de todo, en su reino entraran solo los que quieran.
En este mundo tenemos la opción de elegir entre el bien y el mal. Entre seguir a Dios o seguir a Satanás. Lo más maravilloso es que una vez que optamos por seguir al Creador, todo el poder del universo está de nuestro lado, y nadie nos puede arrebatar de las manos de Dios. Nuestra preocupación debiera ser una sola: Procurar estar del lado del Señor. Si eso lo resolvemos cada día. No tenemos que tener dudas ni incertidumbre acerca de nuestro futuro. Estaremos seguros en las manos de Dios.

Que Dios te bendiga, oramos por ti!

Abril, 16 2010

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