«¿Cómo va a creer en los hombres?»

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Hace seis años convivo con el padre de mis dos hijas menores. Cuando nos conocimos, yo tenía una niña de casi siete años. [Después de un] tiempo de estar viviendo juntos, tuve mi segunda hija, y ahí comenzaron los problemas. Él comenzó a maltratar a mi hija mayor verbalmente.

»Ya mi hija va a cumplir quince años, y… yo no soporto cada vez que él hace cosas para hacer que se sienta mal. He pensado en separarme, pero personas que están a mi alrededor… me han aconsejado que debo esperar en Dios. No sé qué hacer…. Sólo sé que mi pobre hija tiene años cargando esa cruz pesada que yo sin pensar la puse a cargar…. ¿Cómo va a creer en los hombres si su padre la abandona y su padrastro la desprecia y le hace la vida a cuadros?»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Usted no está casada. Está viviendo con un hombre con el que no está comprometida, y está permitiendo que él arruine la vida de su hija. Y por si eso fuera poco, usted está haciéndoles caso a personas que le están dando malos consejos.

»Sí, podemos esperar en Dios. Él nos ama y nos desea lo mejor. Pero Dios diseñó la relación matrimonial y nos dio los Diez Mandamientos. ¿Cómo podemos pedirle que solucione nuestros problemas si no obedecemos sus mandamientos? ¿Cómo podemos esperar que Él resuelva nuestras dificultades cuando éstas vienen como resultado de desobedecer sus leyes divinas?

»Usted admite que, sin pensar, puso a su hija a cargar esa “cruz”. Así que reconoce que tomó algunas decisiones muy malas. En primer lugar, no le dio importancia alguna a su hija, y cultivó una relación con un hombre que no la aceptó del todo a ella. A usted no le importó en absoluto lo que necesitaba su hija, y sólo pensó en sí misma. Y para colmo de males usted comenzó a convivir con ese hombre y a tener más hijos con él.

»Lo normal para nosotros sería aconsejarle que se case con este hombre para que sus hijas menores puedan tener un hogar estable y para que usted pueda obedecer la ley de Dios. Pero en este caso, el casarse con este hombre sería desechar a su hija mayor como si no fuera más que basura.

»Creemos que usted debe alejarse de este hombre con el que está viviendo. Acuda al sistema jurídico de su país a fin de conseguir ayuda económica para sus hijas menores. Anímelo a él a que mantenga una relación con sus hijas, pero manténgase alejada de él. Determine que les dará prioridad absoluta a sus hijas. No salga con otros hombres, no importa lo maravillosos que piense que sean. Dedíquese exclusivamente a sus hijas hasta que la menor sea adulta. Esa medida tal vez le parezca severa, pero cuando usted optó por tener su primera hija, con eso debió haber optado por darle prioridad a ella. Hasta ahora no lo ha hecho, pero esperamos que lo haga de hoy en adelante.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 420.

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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