CRIMEN Y CASTIGO

Crimen y castigo

¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo mismo? ¿Tomaré acaso los miembros de Cristo para unirlos con una prostituta? ¡Jamás! ¿No saben que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la Escritura dice: «Los dos llegarán a ser un solo cuerpo» (I Corintios 6: 15, 16).
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO CONDENA la prostitución en todas sus formas. Las «sexoservidoras» abundan por todas partes. La mentalidad mundana no puede vivir sin la prostitución, promovida por mil y una formas en la vida moderna. Es prácticamente imposible ver una película o programa de televisión que no promueva de una u otra forma la prostitución.
El mundo antiguo no era muy diferente. En tiempos del apóstol Pablo, los cristianos que vivían en ciudades como Antioquía de Siria y Corinto, tenían que presenciar la prostitución como forma de vida. La vida no debe haber sido fácil para ellos, como no lo es para los que viven en ciudades donde abundan el vicio y la licencia. A los hermanos de Corinto que corrían el peligro de contagiarse con la mentalidad licenciosa de su ciudad, les escribió que huyeran de la prostitución. Esas palabras también se aplican hoy con igual fuerza a nosotros.
Las leyes levíticas complementarias del séptimo mandamiento, también condenaban fuertemente el incesto en todas sus formas: «Si alguien se acues­ta con la mujer de su padre, deshonra a su padre. Tanto el hombre como la mujer serán condenados a muerte […]. Si alguien se acuesta con su nuera, hombre y mujer serán condenados a muerte […]. Si alguien tiene relaciones sexuales con hija y madre, comete un acto depravado […]. Si alguien tiene re­laciones sexuales con una hermana suya, comete un acto vergonzoso y los dos serán ejecutados en público […]. No tendrás relaciones sexuales ni con tu tía materna ni con tu tía paterna, pues eso significaría la deshonra de un pariente cercano y los dos sufrirían las consecuencias de su pecado […]. Si alguien viola a la esposa de su hermano, comete un acto de impureza: ha deshonrado a su hermano, y los dos se quedarán sin descendencia» (Lev. 20: 11-21).

Que Dios te bendiga,

Pedidos de oración al cielo77014@hotmail.com

Julio, 14 2010

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