«El Chiflón del Diablo»
Imagen por rexyrex360
(Aniversario de la Mina Chiflón del Diablo declarada Monumento Histórico de Chile)
Don Pedro, el capataz de turno, detuvo a dos de los mineros que se disponían a salir de la mina. El más joven de los dos, apodado Cabeza de Cobre, tenía apenas veinte años. Con el pretexto de que tenía orden de disminuir el personal de esa veta de carbón, don Pedro les dijo que se quedaban sin trabajo a no ser que estuvieran dispuestos a llenar dos vacantes de barreteros en el llamado Chiflón del Diablo. Ellos sabían que esa era una táctica del capataz para conseguir que trabajaran en aquella galería a la que la Compañía minera, para reducir los gastos, revestía cada vez menos con la madera que sostenía el techo a pesar de que, por lo blando del terreno, sufría de frecuentes derrumbes. Pero preferían morir rápidamente en un derrumbe que lentamente de hambre.
Esa noche Cabeza de Cobre no le dio a su mamá, María de los Ángeles, la mala noticia de que se había visto obligado a comenzar a trabajar en la más peligrosa de todas las galerías. Es que ella había perdido a su esposo y a sus otros dos hijos por explosiones en la mina, y él era el único hijo que le quedaba.
Así que, a la mañana siguiente, Cabeza de Cobre fue al trabajo como de costumbre. Cerca del mediodía sonó la alarma de la mina, con la que se avisaba que un derrumbe en el Chiflón del Diablo había cobrado la vida de tres mineros. Pero María de los Ángeles, segura de que su hijo no trabajaba en esa galería, permaneció tranquila… hasta que vio con horror el reflejo de cobre que lanzaban los mechones de pelo rojo del tercer cadáver. E incapaz de sobrellevar la muerte de su último hijo, la desventurada madre se suicidó, arrojándose al pozo de la mina.
Con ese trágico desenlace culmina, en resumen, el cuento titulado «El Chiflón del Diablo». Es el quinto y más famoso de los ocho cuentos que conforman la obra clásica Sub terra: Cuadros mineros del escritor chileno Baldomero Lillo publicada en 1904,1 con los que despertó la conciencia del pueblo chileno y del mundo respecto a la explotación de esa mina, la primera y única mina submarina del mundo, así como a la explotación de los mineros mismos que trabajaban en ella. El decreto del año 2009 en que el Gobierno de Chile declara Monumento Histórico a la «Mina Chiflón del Diablo» afirma que esa mina de carbón del Golfo de Arauco «se [destacaba] por poseer ventilación natural… que [consistía] en la estructuración de pilares de carbón de 1 a 1.2 metros de altura» donde «el minero debía trabajar de rodillas», y explica «que originalmente se llamaba Pique Carlos y que el nombre Chiflón del Diablo toma como referencia el libro Sub terra… [escrito por] Baldomero Lillo».2
Hay una verdad bíblica que Baldomero Lillo mismo bien pudiera haber adoptado como lema suyo —una declaración del apóstol Santiago de la que sí podemos estar todos seguros— que afirma lo siguiente: que los pobres valen mucho a los ojos de Dios, y que todo el que de veras crea en Dios el Padre lo agradará al disponerse a ayudar a las viudas y a los huérfanos que vea que están sufriendo.3
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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1 | Baldomero Lillo, «El Chiflón del Diablo», Sub terra: Cuadros mineros (Santiago de Chile: Imprenta Moderna, 1904), pp. 109-36. |
2 | «Mina Chiflón del Diablo», Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN), Monumentos históricos <https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/monumentos-historicos/mina-chiflon-diablo> En línea 1 abril 2023. |
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