El tiempo perdido

En días anteriores, en un periódico de circulación nacional, salían las personas que fueron condenadas injustamente en Estados Unidos. Decían que habían sido condenadas a cadenas perpetuas, otras a morir. La persona que estuvo menos tiempo en la cárcel había pagado una condena de 15 años. Cada caso mostró su inocencia y fueron liberados porque no los habían hallado culpables. Si piensas en los años que tienes y los comparas con los años que estas personas duraron en la cárcel, podrían ser los años que tienes de existencia.

Si vemos el tiempo en la bilbia encontramos hombres y mujeres que realmente entienden la importancia de él porque vivieron cada segundo lejos de Jesús, y cuando llegó, se dieron cuenta que ya no importaba todo lo que había pasado porque Él había cambiado sus vidas.

 

Solamente cuando tú sabes cuánto vale el tiempo, te das cuenta si lo has valorado o desperdiciado, lejos o cerca de Jesús. Desde el momento que nacieron mis hijos, entendí cuán valioso puede ser un minuto para ellos y para mí. Yo los  despacho todos los días a mis hijos para el colegio, y cuando tengo clases por las noches, debo ir a mi casa, así sea una hora para jugar, pelear o hablar con ellos, que se den cuenta que estoy ahí; yo no había valorado lo que significaba un minuto con ellos hasta que escribí esto; los veo crecer y pienso que tan solo son 9 y 8 años que llevan conmigo y no puedo dejar de verlos un día.

Hace  días oí este mensaje acerca del tiempo y me pareció tan valioso preguntarle a una persona lo que piensa acerca del valor del tiempo; por ejemplo, preguntarle a uno de los que salieron libres después de 20 años de condena; a alguien que se divorció después de 10 años matrimonio; a alguien que después de 5 años terminó la carrera; a alguien que después de 1 año de estudio perdió un examen de grado; a una mamá que después de 9 meses tuvo un parto perdido;  a una persona que recuerde el día antes de haber perdido a un ser querido; a un marinero que tuvo  5 minutos para hablar con su novia; a alguien que perdió un avión por 1 minuto; a un sobreviviente de un accidente que vio como en 1 segundo se salvó; o a un medallista olímpico que por milésimas de segundo ganó la medalla de oro.

 

Jesús estuvo 3 días viviendo lo que tú y yo deberíamos haber vivido por la eternidad. ¿Qué son 3 días en tú vida? En la de Jesús, la más grande muestra de amor que existe y que nos permite acercarnos a Él cada día.

 

Por eso te digo, no perdamos más tiempo lejos de Dios, así estés joven. Eclesiastés 12,1 dice  “Y ACUÉRDATE de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas, No tengo en ellos contentamiento”, viene desde el capítulo 11, y enuncia varias instrucciones para nosotros, pero específicamente le habla a los jóvenes, como tú y como yo (bueno, más a ti): “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad”. Eclesiastés 11:9

Mira de nuevo como la biblia habla del tiempo y nos recalca sobre lo valioso que son los días de la adolescencia y los días de la juventud; ellos pasan, no son eternos, pero sobre todo, Dios te juzgará como los hayas vivido. ¿Cuántos años han pasado sin que te hayas encontrado con Dios?, ¿Cuántos años de no haber encontrado la verdadera felicidad?  Hoy es un buen día para que halles contentamiento con Jesús, y no avance más el reloj.

Dios nos guíe y nos lleve a tomar la decisión de no perder más el tiempo.

 

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