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(Comienzo del Año 70 desde la Fundación de El Deber)

Fundado por el jurista Lucas Saucedo Sevilla, quien nació a finales del siglo diecinueve, El Deber, Diario Mayor de Bolivia, comenzó a circular el 10 de junio de 1953, aunque sólo dos días a la semana. Desde entonces ha seguido renovando, año tras año, su compromiso con la comunidad de Santa Cruz de la Sierra en la búsqueda permanente e insobornable de la verdad.

Durante los primeros años, sus denuncias de la desatención del Gobierno central frente a las justas causas y demandas regionales con las que sus periodistas se identificaban provocaron una censurable atención no deseada de parte del intolerante y abusivo régimen de la época. La persecución que desató el gobierno contra El Deber y su director culminó el 22 de noviembre de 1959 en un violento asalto y en la destrucción de sus instalaciones y material de trabajo, por lo que el doctor Saucedo Sevilla se vio obligado a declarar el cese forzado de la publicación y a vivir exiliado en Salta, Argentina.

 La «segunda época» de El Deber comenzó el 11 de febrero de 1965 bajo la dirección del abogado cruceño Pedro Rivero Mercado y su esposa, doña Rosa Jordán de Rivero. Durante más de medio siglo vencieron juntos otros grandes obstáculos, hasta el fallecimiento de don Pedro el 13 de junio de 2016.

En la actual etapa digital, el grupo mediático de El Deber avanza a paso firme, de la mano de nuevos medios y de audiencias diversas e interactivas. Pero mantiene inalterables su independencia y credibilidad como pilares fundamentales orientados a la búsqueda incesante de la verdad, sin cálculos ni temores, y sin renunciar a sus principios ni a su esencia contenidos en el pensamiento y legado de su inolvidable mentor y maestro. «Con la voluntad de Dios y el esfuerzo de personas de buena fe —estableció don Pedro Rivero Mercado— El Deber es un diario para pueblos que no pueden vivir sin luz».1

Lamentablemente, aún hay gobiernos y medios de difusión en el mundo que ignoran o no respetan estos principios bíblicos que El Deber sostiene. No conceden la libertad de expresar su opinión sin temor, y no buscan la verdad. Es más, si por cualquier motivo se topan con la verdad, no la dan a conocer, sino que la mantienen oculta.

En cambio, la Historia Sagrada demuestra que Dios considera de suma importancia la independencia intelectual y la libertad de expresión con que nos creó. Tanto es así que Él permite que los más inconformes de entre su pueblo se quejen abiertamente de su gobierno divino, insistan en que quieren más bien ser gobernados por un rey como los otros pueblos, y finalmente tomen la pésima decisión de elegir al tal rey ¡a pesar de ya haberles advertido que les va a ir muy mal si lo hacen! Y conste que lo sabemos sólo porque Dios no oculta los errores de los suyos, ni siquiera los de sus líderes más admirables, sino que los publica como periodista empeñado en dar a conocer la verdad, para que nos sirvan de ejemplo y conozcamos esa verdad, pues sin su luz no podemos vivir ni ser verdaderamente libres.2

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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