Lo que sólo da la naturaleza

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Imagen por davidshort

(Día Internacional del Estudiante)

Hace más de 800 años, allá por 1218, la fundó Alfonso IX de León. En 1252 Alfonso X el Sabio la convirtió en universidad, y en 1255 el Papa Alejandro IV le otorgó validez universal a sus títulos y le concedió un sello propio. Se trata de la Universidad de Salamanca en España, que es una de las más antiguas de Europa y del mundo. Su lema oficial puede traducirse del latín como: «Los principios de todas las ciencias se enseñan en la Universidad de Salamanca»,1 o: «Salamanca es la primera en enseñar la totalidad de las ciencias».2 Eso quiere decir que el refrán que se le ha atribuido como lema no es el verdadero lema.

El refrán dice: «Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta», refiriéndose a lo que se enseña en esa prestigiosa universidad. En realidad, debiera traducirse del latín como: «Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo otorga». Pero aun así da a entender que si el estudiante no cuenta con inteligencia, buena memoria, agilidad mental o buena capacidad de razonar, por mucho que asista a la universidad, no lo tendrá nunca porque esas son cualidades innatas que no se aprenden. Con razón que aquel refrán no sea el lema oficial de la Universidad de Salamanca. Además de ser una sentencia desalentadora, se prestaría como una buena excusa para los malos estudiantes.

Con todo, el refrán bien pudiera ser por lo menos tan cierto como el lema de la universidad. Miguel de Unamuno mismo, tres veces rector de la Universidad de Salamanca, cita el refrán en su Vida de Don Quijote y Sancho y lo contrasta con el lema. Al refrán lo califica como una «vieja verdad», mientras que al «lema del escudo de [aquella] vieja Escuela» lo tilda de «arrogante». Sin embargo, habiendo yo mismo tenido la oportunidad de estudiar en varias universidades, algunas prestigiosas y otras no tanto, me identifico plenamente con el escritor español Manuel J. Prieto, quien revela en la conclusión de su artículo al respecto: «Yo estudié en la Universidad de Salamanca, así que si bien sé que es cierto que lo que uno no tiene no se lo da la universidad, también espero que para algo haya servido el tiempo que pasé allí».3

Gracias a Dios, también es cierto que los que por diversas razones no hemos tenido la oportunidad de hacer tales estudios podemos aspirar a tener algo que vale muchísimo más a sus ojos y a los de nuestros semejantes. Es la sabiduría, la misma que le pidió a Dios el rey Salomón. Se le conoce como el sabio Salomón precisamente por la extraordinaria sabiduría que Dios le dio a modo de respuesta que lo hizo famoso como «el más sabio de todos» y lo llevó a componer tres mil proverbios él mismo, entre ellos más de cincuenta sobre la importancia de la sabiduría.4 Es esa misma sabiduría la que nos asegura el apóstol Santiago que Dios está dispuesto a darnos a todos sin menospreciar a nadie, si tan sólo se la pedimos.5

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


1Wikipedia, s.v. «Quod natura non dat, Salmantica non præstat» <https://es.wikipedia.org/wiki/Quod_natura_non_dat,_Salmantica_non_pr%C3%A6stat> En línea 7 junio 2023.
2Wikipedia, s.v. «Universidad de Salamanca» <https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Salamanca> En línea 7 junio 2023.
3Manuel J. Prieto, «Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta», CUR¡STOR!A: Curiosidades y anécdotas históricas <https://www.curistoria.com/2019/09/lo-que-la-naturaleza-no-da-salamanca-no-lo-presta.html> En línea 7 junio 2023.
41R 3:3-12; 4:29-34
5Stg 1:5

Un Mensaje a la Conciencia

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